Una segunda fuga de crudo en la costa de Perú se produjo el martes mientras se realizaban labores en un ducto submarino de la refinería de Repsol, pero la compañía española descartó este miércoles que se trate de un «nuevo derrame de petróleo».
Este vertimiento ocurrió en momentos en que cientos de brigadistas trabajan a contrarreloj en las playas para limpiar los 6,000 barriles de petróleo derramado hace 11 días cuando el buque tanque «Mare Doricum», de bandera italiana, descargaba crudo en la refinería La Pampilla de Repsol, en Ventanilla, 30 km al norte de Lima. La compañía atribuyó el accidente al oleaje causado por la erupción volcánica en Tonga.
Sobre lo ocurrido este martes, la compañía afirmó que se trató de un «afloramiento controlado de remanentes del derrame del pasado 15 de enero», mientras se realizaban faenas en el ducto submarino que conecta a la refinería con los buques tanques, con el fin de investigar las causas de ese siniestro.
«Este afloramiento estaba contemplado por lo que se habían instalado previamente las barreras de contención, elementos absorbentes y skimmer [máquina que remueve el petróleo que flota en el agua] que ya se encontraban dispuestos en la zona como medida de seguridad. De esta manera, se logró controlar el hidrocarburo», indicó un comunicado de la petrolera española. «Repsol descarta nuevo derrame de petróleo», aclaró.
El ente técnico estatal que supervisa las inversiones en energía (Osinergmin) indicó en un comunicado que el martes durante la «operación de retiro de remanente» de crudo «se registró el vertimiento de un volumen de crudo estimado en 8 barriles (casi 1,300 litros) el cual fue controlado».