Un bombardeo, atribuido a Israel, destruyó ayer el consulado de Irán en Siria y mató a por lo menos 11 personas, entre ellas siete miembros de los Guardianes de la Revolución Islámica, incluidos dos altos mandos.
El ejército ideológico de la República Islámica de Irán condenó el ataque y confirmó en un comunicado que siete de sus miembros, entre ellos dos altos mandos de la Fuerza Qods -su brazo de operaciones exteriores- Mohamad Reza Zahedi y Mohammad Hadi Haji Rahimi, se encontraban entre las víctimas.
«Ocho iraníes, dos sirios y un libanés, todos ellos combatientes, ningún civil», declaró a AFP Rami Abdel Rahman, que dirige el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), oenegé con sede en el Reino Unido, que cuenta con una amplia red de informantes sobre el terreno en Siria.
Las autoridades de Teherán (capital de Irán) prometieron responder de manera «decisiva» a este ataque sin precedentes contra un edificio diplomático iraní en Siria, donde Irán y sus aliados -enemigos de Israel- apoyan al gobierno de Bashar al Asad.
A las condenas también se sumó el movimiento libanés Hezbolá, el cual afirmó que el bombardeo israelí en Siria será «castigado».
«El ataque destruyó todo el edificio, matando e hiriendo a todos los que estaban dentro, y se está trabajando para recuperar los cuerpos y rescatar a los heridos de entre los escombros», afirmó el Ministerio sirio de Defensa mientras en el lugar, los servicios de emergencia buscaban víctimas bajo los restos y sonaban las sirenas.
Las fuerzas de seguridad acordonaron el perímetro ante una multitud de curiosos que se aglomeraban cerca de vehículos calcinados.
Un periodista de AFP constató que el bombardeo solo dejó en pie la puerta del edificio, con un cartel que mencionaba «la sección consular de la embajada de Irán».
El embajador iraní en Siria, Hossein Akbari, quien resultó ileso, aseguró a la televisión estatal iraní que el ataque se realizó con «aviones de combate F-35 y seis misiles».
Preguntado por la incursión en una rueda de prensa en Israel, el portavoz del ejército israelí, el contralmirante Daniel Hagari, respondió que «no comentaba las informaciones de la prensa extranjera».
El bombardeo de este lunes se produjo tres días después de que el OSDH informara de otros ataques israelíes en Siria, en los que murieron 53 personas, entre ellas 38 soldados sirios y siete milicianos del Hezbolá.
Fue el mayor número de bajas sufridas por el ejército sirio en ataques israelíes desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, indicó la oenegé.