Carlos Cordero, académico e investigador en diseño.
Dice Blavatsky en «Isis sin velo»: «La mente no puede estar separada de la conciencia, entendiendo por tal, no la conciencia física, sino una cualidad del principio senciente del alma, que puede actuar aun cuando el cuerpo físico esté dormido o paralizado».
Lo anterior nos lleva a pensar: ¿cuántas veces hemos sentido la premonición de un suceso que no ha acontecido, pero que en algún momento llega a suceder? o ¿sentir que estamos conectados con un ser querido en la distancia, sea que esté vivo o que haya trascendido?
Ante estas interrogantes y partiendo de los misterios de la mente, exponemos en las siguientes líneas esta interesante temática de la parapsicología, la cual consiste en el estudio de los fenómenos y comportamientos psicológicos, de cuya naturaleza y efectos no ha dado hasta ahora cuenta la psicología científica.
La parapsicología nos lleva a hablar de dotados psíquicos, sujetos a través de los cuales se manifiestan los fenómenos psi, o actividad extrasensorial, esta energía psi no es producida por el sujeto, sino que su cerebro hace de canal portador.
Adentrándonos en esta disciplina, esta se ramifica en, psi gamma o percepción extrasensorial; psi kappa o psicoquinesis; psi delta o fenómenos parabiológicos.
La psi gamma es el conocimiento de un hecho exterior no adquirido por medio de vías sensoriales, sino por la percepción extrasensorial y es la base de la parapsicología científica. Se divide a su vez en telepatía, clarividencia y precognición. En el caso de la telepatía es el enlace de dos mentes de forma temporal o atemporal; en cuanto a la clarividencia, esta es la habilidad de adivinar, de recibir información fuera del espacio-tiempo, entre sus métodos están la concentración, el roce con objetos y la imposición de las manos. La precognición, por su parte, es la habilidad de saber lo que va a suceder, sobre todo situaciones trágicas. Otros fenómenos psi gamma son la psicometría, en la cual una persona es capaz de conocer el estado afectivo de otra por medio de un objeto; la glosolalia, la facultad de hablar en estado de trance, en lenguas desconocidas para un individuo, prodigio que es común en varios cultos religiosos.
En cuanto al psi kappa, esta es la acción de un sujeto sobre un hecho exterior, no efectuado por medio de las formas físicas conocidas. Aquí tenemos, la telequinesis, la acción de la mente sobre la materia, sobre todo mover objetos en la distancia; las psicofonías, que consiste en captar sonidos o voces que han quedado impregnadas en el ambiente; las psicoimágenes, llamadas también transimágenes o fotogramas del más allá, captados gracias a cámaras y monitores; la escritura automática o escribir en estado de trance sobre cosas que se desconocen, en otros idiomas o como canal de personas fallecidas; finalmente, la radiestesia, adivinación a partir de varillas o péndulos.
La psi delta, por su parte, es la acción paranormal que afecta al cuerpo humano. Entre sus principales fenómenos tenemos hiperestesias, en las cuales un sujeto es capaz de aumentar su sensibilidad para captar información; la parasomática, todo lo relacionado con la sanación y curación sin uso de agentes químicos o clínicos; las modificaciones psicobiodinámicas, las alteraciones psíquicas de una persona que trastocan su conciencia y accionar mental.
La parapsicología ha tenido tres ciclos a través de la historia. Primero, la etapa mística, en la que el conocimiento estaba anclado a la religión y la magia, de donde surgen una serie de sociedades ocultistas. Destaca también en esta fase el período magnético gracias al austríaco y padre de la hipnosis moderna, Franz Anton Mesmer, quien propuso hacia 1779 su teoría del flujo energético que corre a través de los seres vivos y en los cuales actuaba una energía de atracción o repulsión.
Tenemos, además, el espiritismo, fundado por Allan Kardec, quien hacia 1865 buscaba probar la existencia científica del alma. Este primer momento de la historia cierra con la fundación en 1882 de la Sociedad para la Investigación Psíquica (SPR) en Londres. En la segunda etapa se fundó, hacia 1930, el primer laboratorio de parapsicología en la Universidad de Duke, Estados Unidos, gracias al trabajo de William McDougall, Karl Zener y Joseph Rhine.
Es por medio de estos dos últimos personajes que se crean las famosas cartas Zener para el estudio de la percepción extrasensorial (PES) e influenciados por los postulados de Carl Jung. Van a destacar también las investigaciones en transcomunicación instrumental o psicofonías, descubiertas en 1959 por Friedrich Jürgenson; las transimágenes, gracias al alemán Klaus Schrieber; así como, la teoría del universo holográfico de Karl Pribram y David Bohm en los años ochenta.
En la tercera y más reciente etapa de esta disciplina destacan la teoría cuántica psi por el físico Evan Harris en 1970; así como investigaciones de visión remota por el Stanford Research Institute California desde 1972 y otros experimentos que al día de hoy involucran hasta el campo militar, según el teniente coronel John B. Alexander en su artículo «El nuevo campo de batalla mental».
En pleno siglo XXI en el que buscamos nuevos mundos a través de los vuelos espaciales, la psique humana sigue guardando aún muchas respuestas. Por medio de la reflexión nos invita a viajar hacia ese otro universo interior para que, a través del misterio, tomemos conciencia de lo que implica el ser humano que siente, que busca y que trasciende, porque, al fin y al cabo, somos parte de esa otra gran mente.