Bajo el ardiente sol del mediodía, Óscar Hernández, de 40 años recoge junto a su hermano Franklin Hernández las últimas láminas de lo que antes era su casa, en el caserío Los Angelitos II, de Nejapa.
Tras 21 años de vivir en el lugar, su casa en la que compartió alegrías y tristezas junto a su mamá, su esposa y su pequeña hija de siete años, ahora quedó reducida a escombros luego del deslave de tierra, piedras y lodo ocurrido la noche del pasado jueves.
Óscar lamenta que su vivienda fuera una de las últimas alcanzadas por el deslave, pero agradece a Dios por estar vivo. «Gracias a Dios a tiempo nos salimos cuando escuchamos que venía el repunte con todo, hasta con truenos, que era por las piedras y palos que traía la correntada», señaló.
Agrega que ser una de las últimas casas en ser alcanzadas le dio tiempo para lograr salir, tres de sus vecinos que vivían a unos 500 metros de ellos no corrieron la misma suerte y murieron.
Desde esa noche, se han ido a vivir con sus tíos, a unos dos kilómetros de Los Angelitos II, en la comunidad Ferro.
Óscar solicita la ayuda del Gobierno y de las personas de buen corazón para lograr construir su casa nuevamente en otro lugar y para poder tener sustento para su familia. «Yo vendo calzado artesanal en la 4a. Avenida en el centro de San Salvador, yo recibo una comisión por venta, si no vendo, no gano… Desde el viernes no he podido ir a vender», comentó Óscar.
El sobreviviente dice que desde el viernes ha llegado al lugar para poder rescatar algunas pertenencias, láminas y hierro para vendarlas y poder colaborar con los gastos de alimentación de su familia.
«Esto es lo último que queda de mi vivienda la puertecita y el respaldo de mi cama… Si logramos construir otra casa ya no la haremos en este lugar», apuntó Óscar.
Las instituciones, empresas o personas altruistas que quieran ayudar a la familia Hernández pueden hacerlo comunicándose con Óscar Hernández al 7623 8453.