El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, advirtió el martes sobre el impacto de la migración irregular para Estados Unidos en 2022, cuando este país celebrará elecciones de mitad de período, llamando a un «diálogo franco» regional sin demoras sobre este tema.
«Tenemos que sentarnos y hablar con claridad», urgió Cortizo en la apertura de la 25ª conferencia anual de la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, durante un foro con Thomas Shannon, un diplomático estadounidense con vasta trayectoria en la región.
«Si este tema no se atiende ahora, nos va a seguir afectando a nosotros, pero usted sabe perfectamente bien, como embajador usted tiene esa cintura política, lo que este problema puede afectar dentro de un año, especialmente en Estados Unidos», señaló el presidente panameño.
Shannon, quien fue subsecretario de Estado para asuntos políticos de 2016 a 2018 tras varios cargos de alto nivel en el Departamento de Estado y la Casa Blanca, asintió.
«Su llamada al dialogo es muy importante y ojalá que tenga resonancia, especialmente en Washington», comentó.
Cortizo dijo que el éxodo de migrantes indocumentados desde Latinoamérica y el Caribe hacia Estados Unidos es un problema que involucra al menos a una docena de países y por lo tanto requiere una solución regional.
«En estos foros hay discursos muy bonitos, pero al final nada reemplaza un dialogo franco», afirmó.
El mandatario recalcó que en lo que va del año han pasado por Panamá más de 100.000 migrantes sin papeles y para fin de 2021 se estima un total de 150.000.
La selva del Darién, entre Panamá y Colombia, se ha convertido en un corredor para quienes, desde Sudamérica, tratan de cruzar América Central y México rumbo a Estados Unidos, lo cual es visto con preocupación por Washington.
Según el ministro panameño de Seguridad, Juan Pino, unas 107.000 personas, sobre todo haitianos, han atravesado esta selva virgen, una cifra casi equivalente al acumulado de los últimos seis años.
Estados Unidos celebrará elecciones de mitad de período en noviembre de 2022, y la afluencia récord de indocumentados a su frontera sur propinaría un duro golpe al Partido Demócrata del presidente Joe Biden, según analistas.