Las bandas criminales ganaron territorio en Haití y aumentaron el número de agrupaciones durante 2022, según un estudio del Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados (ACLED, siglas en inglés). De 48 grupos armados que participaron en la violencia política en 2021, la cifra ascendió a 74 el año pasado.
En 365 días se incorporaron 26 pandillas que pusieron bajo mayor amenaza a la población civil, con repercusiones mortales debido a los enfrentamientos entre bandas, las reivindicaciones territoriales y la incorporación en la violencia política.
ACLED advirtió que si Haití se somete este año a un proceso electoral también podría generar más violencia. «Las bandas han mostrado un creciente interés en participar en los procesos políticos de Haití», determinó. El historial de organizaciones de la sociedad civil destaca que las agrupaciones se vuelven más violentas previo a los procesos electorales, ya que tratan de controlar los distritos electorales y asegurar victorias para sus patrocinadores políticos.
Entre las pandillas líderes en Haití se encuentra la creciente influencia de 400 Mawozo. «El Grupo de los 9 una Familia y Aliados» (G-9), liderada por Jimmy Chérizier; la agrupación G-Pèp, liderada por Ti Gabriel; la banda Chen Mechan; la pandilla 5 Seconds; la pandilla Gran Grif; y la banda dirigida por Jean Denis en Petite-Rivière de l’Artibonite.
El informe detalló que los enfrentamientos entre bandas y los ataques de estas contra civiles representaron el 74 % de las muertes por violencia política registradas en 2022. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos registró más de 2,000 asesinatos y 1,359 secuestros al cierre de 2022.
La mayoría de las víctimas mortales de civiles se produjeron durante tiroteos entre bandas, atrapadas en el fuego cruzado o atacadas deliberadamente. Otra brutalidad de las pandillas se refleja en la violencia sexual para coaccionar a los habitantes.
Ante la toma de poder de las bandas en los territorios, las fuerzas del Estado incrementaron las operaciones para hacer frente a la inseguridad. Sin embargo, esta acción aumentó un 87 % las muertes registradas por enfrentamientos de bandas y grupos armados no identificados el año pasado, en comparación con 2021.
El estudio también cuestionó la capacidad de los agentes de seguridad estatal en la lucha contra las bandas, ya que evidenció una desigual distribución de sus operaciones en el país, especialmente una concentración en el distrito de Puerto Príncipe, en el departamento Oeste, donde domina la pandilla 400 Mawozo; con una ausencia en la comuna Cité Soleil, donde el grupo armado G-9 está en auge.
«En ausencia de poderes Legislativo y Ejecutivo legítimos, las deficiencias sistemáticas del sistema judicial de Haití solo permitirán que las bandas sigan prosperando», recalcó ACLED. El panorama para este año no parece cambiar, ya que, desde enero hasta el 15 de marzo, la ONU reportó 532 muertes y 277 secuestros.
«La mayoría de las víctimas murió o resultó herida por francotiradores que, al parecer, disparaban al azar contra la gente en sus casas o en la calle. Las bandas también utilizan la violencia sexual contra mujeres y niñas para aterrorizar, someter y castigar a la población», determinó el más reciente documento.