El «estallido» de ira contra los reyes y el presidente del Gobierno español en la región devastada por las inundaciones muestra la rabia de la población contra una clase política polarizada a la hora de aliviar la situación tras la tragedia, según analistas.
Sin una cifra definitiva de víctimas y con localidades todavía llenas de barro y vehículos apilados por la corriente, «el enfado de la gente es más que comprensible, y creo que las autoridades en este momento no debían haber aparecido allí», estimó en declaraciones a AFP Pablo Simón, politólogo de la Universidad Carlos III, de Madrid.
Una opinión compartida por Paloma Román, politóloga de la Universidad Complutense de Madrid, quien apunta a la «descoordinación entre el Estado central y la región autonómica, que está dando como resultado que no se llegue a todas partes en el momento que la gente lo requiere», lo que «acrecienta el malestar».
El asunto es que el gobierno regional de Valencia está dirigido por Mazón, del conservador Partido Popular (PP), la principal formación de oposición al Ejecutivo del socialista Pedro Sánchez, en un contexto de alta polarización política en España. Y en este país muy descentralizado las regiones tienen mucha autonomía.