La seguridad vial es importante y conducir con precaución y siguiendo todas las reglas de tránsito es un punto clave para cuidar nuestra vida, la de quienes nos acompañan y la de los demás conductores en la vía pública. Pero, muchas veces, el estrés o la adrenalina por la velocidad son elementos que nos hacen perder el enfoque preventivo al momento de conducir.
Para Giovanni Santamaría, experto en motores y restauración de vehículos, todo conductor debe alcanzar un punto de madurez automotriz que lo lleve a entender que no se trata solo de la velocidad, sino que conducir un auto también es un acto de responsabilidad. Sin embargo, muchas veces son las malas experiencias las que permiten que un conductor comprenda eso.
«Al momento de conducir es necesario que seamos maduros, que dejemos atrás esa obsesión por la velocidad. Si un conductor quiere correr, que lo haga en un circuito profesional, con todas las condiciones adecuadas para correr libremente. Pero, la calle no debe confundirse con una pista. No son lo mismo. Esa lección la tuve que aprender después de un susto en carretera. Ahí entendí que había que cuidar la vida y que era mejor prevenir que lamentar», comentó.
«Cuando hablamos de modificación o restauración de vehículos, mucha gente piensa en “Rápido y Furioso” y piensan que van a ser un “Dominic Toreto”. Pero, en la restauración y modificación de vehículos lo más importante es garantizar la seguridad de aquellas personas que van a estar al interior de la cabina. La velocidad es emocionante y nos llena de vida. Pero la seguridad vial es la que nos permite mantener esa vida», añadió.
Santamaría confesó que estas ideas son las que comparte con sus hijos, quienes han heredado su pasión por los automóviles y la conducción. Por ello, hace hincapié en la necesidad en que conductores con experiencia de vida sean quienes instruyan a los más jóvenes en la importancia de la prevención y del respeto a las leyes de tránsito y a todos los protocolos de seguridad al momento de tomar un volante.
«A mis hijos les vivo diciendo que hay que cuidarse, hay que ser responsable, hay que tener madurez automotriz y madurez al volante. Somos nosotros, los que ya vivimos un poquito más y los que hemos pasado experiencias difíciles, los que podemos enseñar a los más jóvenes a ser precavidos y respetuosos de la carretera. Podemos hacer la diferencia enseñando a otros el respeto a las leyes de tránsito», dijo.