Pocos eventos en la vida son tan drásticos como la pérdida de una extremidad, sea inferior o superior. Sin embargo, el uso de las prótesis es una segunda oportunidad: algo se perdió, sí, pero la persona sigue con vida.
El Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) cuenta con un robusto e integral programa de atención para los pacientes a los que, por alguna razón, accidente o enfermedad, se les amputó un miembro. Por lo general, es un miembro inferior el que se pierde.
Carlos Vigil, director de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación, comenta que es importante que los derechohabientes y beneficiarios del ISSS sepan que ante un evento como este la entidad tiene la capacidad de ayudarles con una prótesis.
El doctor explicó que toda aquella persona que sufre una amputación es candidata a recibirla.
EL PROCESO
La pérdida repentina de una extremidad implica todo un proceso de rehabilitación que pasa por el físico, pero también por el mental.
El camino no es fácil, pero el ISSS cuenta con la especialización para sacar adelante a los pacientes en esta condición, desde doctores, fisioterapeutas y psicólogos.
Las amputaciones suelen suceder por accidentes o por diabetes mellitus, en su mayoría en los casos que ve la red de hospitales del Seguro. Así, el paciente, luego de la hospitalización, pasa a rehabilitación. Las unidades de medicina física en San Salvador, en la Atlacatl, Ilopango y Santa Tecla atienden la rehabilitación y el suministro de prótesis, así como en los hospitales regionales de Santa Ana, Sonsonate y San Miguel.
Cada paciente es examinado e inicia el recorrido para obtener su prótesis. El primer paso en la rehabilitación es recuperar el equilibrio y superar la sensación del miembro fantasma, es decir, el miembro que ya no está.
Ponerse de pie en un miembro y darle forma al muñón con el vendaje es donde también interviene el acompañamiento psicológico, que juega un papel importante porque, sin ánimo y esperanza de recuperación, la rehabilitación física es más lenta.
«Ayudamos a que el paciente comprenda que es un proceso y que necesita ponerse pequeñas metas que va a cumplir, como ponerse de pie y tener equilibrio con muletas, y que en medio de todo él tenga la certeza de que va a volver a caminar, que va a volver a desarrollar sus actividades», señala Vigil.
Durante la rehabilitación, la prótesis ya se ha mandado a pedir, con las medidas y especificaciones para cada persona. Ninguna prótesis es igual a la otra. Según el experto, el tiempo que puede transcurrir entre la evaluación y que finalmente tenga la prótesis puede demorar un mes.
Sin embargo, el proceso de adaptación y de vivir con esta nueva realidad depende de cada persona; no es una carrera, sino un paso a paso hacia una segunda oportunidad con sanidad física y mental.
TIPOS DE PRÓTESIS
La especialización y el conocimiento del tratamiento de prótesis en el país es avanzado, así como el de la construcción de estas.
Durante todo 2020 y el primer trimestre de 2021, el ISSS ha entregado un total de 327 prótesis para extremidades, todas se han hecho en el país y a la medida.
El doctor Vigil explica que la tecnología ha avanzado para beneficio de los usuarios, de manera que los materiales han cambiado y las han vuelto más cómodas y funcionales. Por ejemplo, las prótesis de pierna con amputación debajo de la rodilla son de fibra de carbono, un material que es más liviano, funcional y amigable con el usuario.
Este material suele ceder con el uso, peso y forma de caminar, de manera que en la parte del pie se amolda y, al no ser rígido, permite que el paso sea más natural y cómodo.
Además, se puede incluir una interfaz o protector para el muñón de la rodilla, si es el caso, o si es más arriba la amputación, también, que es una especie de venda en gel que lo protege de la fricción con la prótesis y permite al usuario caminar y hacer todas las actividades con más comodidad.