La tradición de poner el Nacimiento en la época navideña es una costumbre de muchos hogares, principalmente de familias católicas. Se dice que el «rinconcito» donde se ubica el nacimiento es el «altar» para el momento de realizar una oración y meditación en agradecimiento al amor de Dios por el nacimiento del niño Jesús.
LEA TAMBIÉN: ¿Cómo se vivía la Navidad en El Salvador hace más de 50 años y qué cambios ha sufrido?
María: la madre de Jesús, representa comprensión, bondad, pureza, amor y fidelidad a Dios. En el pesebre, María contempla a su hijo y lo muestra a quienes pasan a visitarlo.
José: parado junto a María, representa fortaleza y obediencia; pero, además, muestra una actitud de protección hacia Jesús y a su madre.
Niño Dios: representa el amor de Dios con el mundo entero, además de ser luz en toda época del año. Sin la figura del Jesús, el nacimiento no tendría sentido, pues él es el motivo de la tradición. Su nacimiento también significa salvación.
El pesebre: en una Casta Apostólica denominada «Signo Admirable», el Papa Francisco explicó que, con el hecho de que Jesús naciera en un pesebre, Dios presentó una muestra pura de la verdadera esperanza y dignidad a los desheredados, a los marginados. «La revolución del amor, la revolución de la ternura».
El elemento del pesebre es sumamente indispensable, pues representa la proclamación que Jesús hace, con manso poder, y llamando a seguir su camino.
Los Reyes Magos: la representación del oro, incienso y mirra, obsequios que manifiestan la naturaleza real y divina, así como el sufrimiento y muerte de Jesucristo.
Musgo: hierva que todos pisan, sin hacer distinción de clase social.
Buey: imagen de bondad, sacrificio y calma.
Burro: representa ignorancia, paciencia y humildad.
Ovejas: simboliza dulzura, simplicidad, inocencia, obediencia y pureza.
Estrella: representa luz y da esperanza a la vida de las personas. Los ángeles y la estrella simbolizan que toda la sociedad está llamada a seguir el camino de adoración a Dios.
Ángeles: representan las buenas noticias. Mientras los Reyes Magos entregan los presentes al Niño Dios, los ángeles cantan Gloria a Dios.