Desde hace más de un año, Rambo forma parte del equipo de agentes de Tránsito Terrestre de la Policía Nacional Civil (PNC), que permanecen en la carretera del Litoral ejecutando controles vehiculares.
Según comentan los policías, es leal y se encarga de cuidarlos. También dice llamarse AM y asegura que como parte de su trabajo, a las 7 de la mañana inicia la jornada con patrullajes a pie en el kilómetro 70 de la carretera del Litoral, en Zacatecoluca, La Paz. Un personaje que no pasa desapercibido por su vestimenta, que incluye una gorra policial.
En ese trayecto, específicamente en las inmediaciones del caserío La Pedrera, el personal policial llega todos los días y coloca un control vehicular, al que él se incorpora como un «agente» más del grupo, según cuentan los elementos de seguridad.
En su cincho mantiene diferentes accesorios que simulan a los que portan los policías, carga un arma en desuso y ha hecho con madera un arma que figura un fusil, de forma que no parezca distinto a «sus compañeros». El sobrenombre de Rambo se lo han puesto algunos lugareños
de la zona.
Con palabras escuetas pero cuerdas, dice que se dedica a cuidar a la población junto con el personal policial, y aunque es evidente que tiene deficiencia mental, es accesible, amable y respetuoso; pero más de una vez ha llamado la atención de algún conductor, según cuenta entre
risas, uno de los policías.
«Lo que sabemos es que es residente en la zona, los pobladores de acá lo conocen. Viene todos los días y se va hasta la noche cuando nosotros terminamos el control. En general, es apreciado por todos nosotros, ya le tenemos confianza», agregó el agente.