Junio, el mes que acaba de terminar, tuvo el récord de 24 días sin homicidios, ratificando el éxito de los planes de seguridad del Gobierno del presidente Nayib Bukele.
Durante todo junio se reportaron seis asesinatos. De los 24 días sin homicidios registrados en el mes que acaba de pasar, 19 de ellos han sido consecutivos. Otro dato importante es que, por cada día en los que hubo una muerte violenta, hubo cuatro días en los que no se registró ni una.
De acuerdo con las autoridades, en todo el año se han registrado 58 muertes violentas, es decir, 133 días, de 182 transcurridos, han sido de «cero homicidios». En otras palabras, el 74 % de lo que va de 2024 ha sido en completa paz, seguridad y tranquilidad.
Se trata de la consolidación de un proyecto. Demuestra que el Plan Control Territorial, la apuesta del presidente Bukele, ha logrado convertir a El Salvador en el país más seguro del hemisferio. El mérito es mayor porque todos sabemos que venimos de estar en las primeras posiciones de la lista de naciones con más asesinatos, liderando en algunos momentos, debido a la inoperancia, la corrupción y la negligencia de los gobiernos de ARENA y del FMLN.
Para estos partidos opositores, haber enfrentado de manera directa y valiente a las pandillas y haber conquistado la verdadera paz no es algo de lo que hay que alegrarse. Para ellos, los acuerdos que tenían con las maras les significaban réditos electorales.
Para el resto del país, los 652 días sin homicidios desde que asumió el presidente Bukele son millares de ciudadanos salvados de la muerte. Son millares de vidas protegidas. Significa que, por primera vez en la historia, un Gobierno cumple la misión de garantizar el derecho a la vida y a la seguridad, base para el desarrollo y el despegue económico, además de un potente ejercicio de justicia.
El Gobierno del presidente Bukele construye las condiciones para resolver apremiantes problemas estructurales, que se veían igual de difíciles de superar que las pandillas, esas estructuras criminales que, a fuerza de terrorismo, controlaron a la sociedad e incluso llegaron a instaurar un estado mafioso paralelo.
Con la seguridad ganamos todos, incluso los que se oponían a reforzar las capacidades profesionales de las fuerzas de seguridad pública. Ahora estamos ante una maravillosa oportunidad para hacer crecer a El Salvador y avanzar hacia el desarrollo.