El Gobierno de Salvador Sánchez Cerén, del partido de izquierda FMLN, pregonó en 2017 reformas del sistema previsional de los salvadoreños, que se ofreció como una «solución» para las jubilaciones.
Las reformas, en términos prácticos, dividieron el fondo de pensiones en dos cuentas, pero la generación de utilidades para cada cotizante no reportaba un incremento real.
La población salvadoreña aún considera que esa reforma, en lugar de mejorar las pensiones mínimas que se entregaban, terminó agravando la situación, y acusa al FMLN de ello.
Anabel Belloso, diputada de la bancada roja, reconoció en el espacio de entrevista del canal TVX que el problema de no otorgar pensiones justas no fue resuelto.
Según Belloso, el error fue no darles difusión a las reformas, aunque en realidad la problemática era más profunda, y no por falta de publicidad, sino por su estructura.
«En la reforma de pensiones de 2017, en su momento nuestro error fue no saber comunicar el alcance de la reforma que se hizo», intentó justificar Belloso, y añadió que en la población aún persiste el descontento por esas acciones.
«Aún hay reclamos de la población por las reformas», señaló.
Actualmente, el Gobierno del presidente Nayib Bukele está analizando una propuesta de reforma del sistema de pensiones para garantizar que cada cotizante reciba una cuota de retiro más digna que le permita la sobrevivencia.
En la etapa consultiva se ha dialogado con diversos sectores sindicales, que han reiterado que el monto de las pensiones debe apegarse a la realidad que vive el país.
Una de las propuestas que se expusieron en las mesas de diálogo es que la cuota sea equivalente al 70 % del último salario que se haya devengado.
El presidente Nayib Bukele remitirá la propuesta final a la Asamblea Legislativa para que se estudie y converse con diferentes sectores, se determine su viabilidad y se apruebe, saldando así una deuda que varios gobiernos no quisieron atender durante décadas.