Tras sufrir al inicio de la pandemia, el fabricante de coches de lujo Rolls-Royce se ha recuperado y lanzó un coche para un puñado de ultrarricos, el Boat Tail, cuya parte trasera evoca las líneas de un yate.
Hasta ahora, sólo se han diseñado tres unidades con un nivel de personalización inigualable para la marca de lujo, en un momento en el que el mercado de coches de altísima gama se porta bien a pesar del coronavirus.
«Los clientes acuden a nosotros con una idea en mente, que es exactamente lo que ocurría hace cien años (…). Este retorno a los orígenes se remonta al Sweptail de 2017, cuando lanzamos el primer pro-yecto moderno de coche hecho a medida», explica el director ejecutivo de Rolls-Royce, Torsten Müller-Ötvös, desde la sede de esta filial de BMW en Goodwood, en el sur de Inglaterra.
Aquello «llamó la atención de algunos clientes que querían algo similar pero aún más espectacular», agrega.
«Nos embarcamos en este proyecto hace cuatro años y el resultado es el Boat Tail. Para nosotros, es la cúspide de todo nuestro negocio en Rolls-Royce», asegura sobre el nuevo modelo de un lujo insolente. Como ejemplo de los refinados acabados, las secciones traseras del nuevo coche se levantan lateral-mente para formar una mesa con sombrilla, por lo que se puede comer o cenar al aire libre desde el coche.
«Tenemos la intención de continuar y repetir la experiencia cada dos años», añade Muller-Otvos sin precisar el precio del vehículo.
«Nunca hablamos de precios en los acuerdos con nuestros clientes. Pero los rumores de que el Swep-tail costaba 13 millones de dólares se acercaban bastante a la realidad” y «el Boat Tail es mucho más refinado”.
LA PANDEMIA
«Nos golpeó muy fuerte. Cerramos la fábrica y perdimos entre un 20% y un 25% de nuestro volumen de ventas el año pasado», pero «por otra parte, el grupo BMW no se ha visto afectado significativa-mente por el momento por la escasez de semiconductores en el mundo», explica el directivo.
Desde el último trimestre de 2020, el fabricante se ha beneficiado de un repunte y la producción para este año ya está totalmente reservada. El tiempo de espera normal para un Rolls-Royce es de unos seis meses.
«La demanda sigue siendo muy fuerte y no sólo de Asia, sino también de Estados Unidos y Europa. Es un entorno global prometedor y creo que es el caso de toda la industria del lujo».