El Consumer Electronic Show (CES), la gran feria anual de electrónica de consumo en Las Vegas, abrió sus puertas este jueves apuntando al optimismo. Del jueves al domingo, se esperan más de 100,000 asistentes de un centenar de países para una enorme operación de comunicación en torno a dispositivos y servicios ultraconectados. Los stands ocupan más de siete hectáreas, para el regreso en persona de diversos representantes del sector, luego de un CES en formato virtual de 2021 e híbrido en 2022.
«Esta vez, creo que las poderosas nuevas olas de cambio tecnológico que realmente remediarán la inflación y restablecerán el crecimiento del PIB global vendrán del lado empresarial», dijo Steve Koenig de la Consumer Technology Association (CTA), que organiza el CES. Estas incluyen robótica, realidad virtual y vehículos automatizados, según este experto.
Avances en robótica
El CES cuenta con nuevos televisores, patines eléctricos, cochecitos de bebé con piloto automático y más para sorprender a los asistentes. El gigante surcoreano Samsung, que hizo del CES su escaparate para el mercado estadounidense, mostró el martes a la prensa sus lavarropas que evalúan el nivel de suciedad de las prendas y determinan la cantidad de detergente necesaria.
También dijo que está diseñando un horno con cámara integrada para seguir la cocción de los alimentos en directo y poder hacer un video sobre, por ejemplo, cómo crece un suflé, una función pensada especialmente para los «influencers» de las redes sociales. LG Electronics presentó lo que promocionó como el primer televisor inalámbrico y controlado por voz dirigido al mercado de consumo.
El CES también se convirtió en uno de los salones del automóvil más importante, con anuncios de BMW y Stellantis, entre otros. «Ahora que el software está integrado en todos los dispositivos, las marcas están mostrando innovaciones en vehículos eléctricos, robótica e inteligencia artificial aplicada», señaló Thomas Husson, analista de Forrester.
Presupuestos ajustados
En medio del pesimismo económico, las empresas deberán asegurarse de que los precios atraigan a consumidores. La CTA estima que el gasto en productos electrónicos y servicios de consumo en Estados Unidos este año caerá a $485,000 millones, por debajo del récord de $512,000 millones en 2021. Aun así, si bien «la inflación y la recesión que se avecina pesarán en los presupuestos de los hogares», «los ingresos de la industria tecnológica se mantendrán alrededor de $50,000 millones por encima de las cifras antes de la pandemia», señaló la organización en un comunicado.
Muchas empresas tecnológicas florecieron durante la pandemia gracias a los confinamientos y contrataron en masa. Con el regreso a la normalidad, comenzaron los despidos y el ajuste de presupuestos.
El miércoles, el gigante del comercio electrónico Amazon anunció que eliminará más de 18,000 puestos de trabajo, incluso en Europa, en el recorte de personal más grande de su historia.
Más temprano, el grupo Salesforce anunció que suprimirá 10 % de su plantilla, o casi 8,000 puestos de trabajo.
Para Koenig, esta realidad no debería, sin embargo, ocultar el verdadero problema: la falta general de mano de obra calificada. «Hace 20 años, la tecnología era un plus para una empresa. Hoy, el plus son las personas», resumió.
Para las start-ups, sin embargo, «puede ser más fácil encontrar talento, pero se ha vuelto mucho más difícil recaudar fondos», debido al alza de las tasas de interés.
La cadena de suministro de semiconductores también sigue siendo motivo de preocupación.
«Los costos de envío están bajando y hay menos demoras en los puertos de todo el mundo», apuntó Koenig, «pero basta mirar lo que está sucediendo en China para comprender cómo la situación sigue siendo incierta».