El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, buscaba ayer dar «consuelo» a los familiares de las decenas de víctimas del derrumbe de un edificio frente al mar en Florida, donde la desesperada búsqueda de personas con vida fue suspendida por razones de seguridad.
Biden y su esposa Jill viajaron a Surfside, al norte de Miami Beach, donde la madrugada del 24 de junio colapsó un bloque de 12 pisos del complejo Champlain Towers South, dejando como saldo al menos 18 muertos y más de 140 desaparecidos.

«Lo que están haciendo ahora es muy difícil», dijo Biden al saludar a socorristas. «Solo quiero darles las gracias», agregó el presidente.
Parecía poco probable que el presidente y la primera dama visitaran el lugar del desastre, donde las operaciones de rescate fueron suspendidas al amanecer debido a las peligrosas condiciones de trabajo.
«El único motivo de esta pausa son las preocupaciones sobre la estructura que sigue en pie», dijo la alcaldesa del condado de MiamiDade, Daniella Levine Cava, en rueda de prensa, asegurando que la visita de Biden «no tendrá ningún impacto» en las labores.
El jefe de bomberos de MiamiDade, Alan Cominsky, advirtió que había «una gran columna que podría caer» y que los movimientos de escombros «podrían causar una falla adicional del edificio».
El complejo Champlain Towers South, construido hace 40 años, contaba con 136 apartamentos. El bloque con vistas al mar se desplomó por razones bajo investigación.
Florida es un estado crucial en el mapa electoral de Estados Unidos, y por eso las miradas también han estado puestas en el encuentro entre Biden y el gobernador del estado, Ron DeSantis, una estrella republicana en ascenso que ha sido promocionado como un posible candidato presidencial para 2024.