Los periódicos impresos han mantenido la más larga, continuada y descarada evasión fiscal de nuestra historia. Porque ellos no pagan impuestos desde el 9 de octubre de 1950.
Solo dimensionen: han pasado en el país 14 presidentes distintos, cinco juntas de Gobierno, 12 años de guerra civil, 29 años desde el fin del conflicto armado y ellos siguen sin dar un centavo por la venta de sus ediciones impresas.
Esas empresas podrían haber ganado hasta $288 millones sin pagar impuestos en tan solo 10 años. Es decir, hay decenas de miles de salvadoreños que han nacido, crecido, vivido, hecho sus familias, han tenido nietos y hasta fallecido sin que nunca vieran una escuela, una unidad de salud, una calle o alguna obra producto de esos impuestos.
¿Se imaginan los impuestos que no pagaron en 10 años? ¿En 20, 30, 50, 70 años? Ellos le llaman «libertad de prensa», yo le llamo la peor y la más salvaje de las injusticias fiscales.
Esto no debe seguir. No podemos seguir permitiendo leyes injustas que favorecen tan solo a unos pocos y perjudican a la gran mayoría. La justicia fiscal debe llegar para todos, sin excepción.
Por eso aplaudo a «Diario El Salvador», que desde su primer día renunció a esos privilegios del pasado.
Ustedes ya han visto mi compromiso, aun sabiendo que esto me iba a significar ataques y difamaciones. Pero como próximo diputado, voy a luchar de frente contra los grandes evasores, esos que cada año sacan del país hacia paraísos fiscales $2,000 millones sin pagar impuestos. Esos mismos grandes evasores son los mismos grandes financistas y son los patrones de los diputados corporativos. Hoy no tendrán cabida en la nueva Asamblea. Hoy van a pagar lo que es justo, y con ese dinero tendremos más escuelas, seguridad, salud y obras.
Lo mismo para esas empresas que por años tuvieron el monopolio de la verdad, que quitaron y pusieron presidentes, que nombraron y destituyeron a ministros de Hacienda, que a través de sus «tanques de pensamiento» fabricaban leyes y las mandaban ya empaquetados solo para que los diputados corporativos las aprobaran.
Por eso, en mayo de 2021, una de las primeras razones es la reforma a la Ley de Imprenta, y que esas empresas mercenarias de las plumas paguen lo que es justo. Ese es mi compromiso.