Los sindicatos franceses convocaron a nuevas manifestaciones el 6 de junio contra el presidente Emmanuel Macron, muy criticado en las calles por su reforma de las pensiones, un día después de que cientos de miles de personas protestaran contra esa ley.
El llamado ocurre cuando están previsto que el 8 de junio se debata en la Asamblea Nacional un proyecto de ley que podría derogar esa reforma, adoptada a la fuerza, sin votación previa en el parlamento.
Según la policía, cerca de 800,000 personas se manifestaron en toda Francia el lunes, Día Internacional de los Trabajadores, para protestar contra la reforma de las jubilaciones. El sindicato de la Confederación General del Trabajo (CGT), en cambio, sostuvo que fueron 2,3 millones los que estuvieron dispuestos a marchar en todo el país.
«Existe un profundo reto y el diálogo solo podrá reanudarse si el gobierno muestra que tiene voluntad de tener en cuenta las posiciones de los sindicatos», explicaron.
Al menos 540 personas fueron arrestadas en las protestas, 305 de ellas en París, explicó el ministro de Interior, Gérald Darmanin. «Hubo un nivel de violencia en la parte delantera de la marcha […] excesivo», declaró el prefecto de la policía de París, Laurent Nuñez, en la emisora France Info, acusando a extremistas.
Darmanin indicó que tres agentes de la policía están en «una situación extremadamente difícil» aunque sus vidas no corren peligro. De momento no hay cifras sobre el número de manifestantes heridos por el uso de gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y otras armas represivas por parte de la policía, pero al menos dos periodistas -incluyendo un fotógrafo de la AFP- sufrieron lesiones leves.