El impacto de la COVID-19 es perceptible en casi todos los sectores y la educación no es ajena a ello. El cierre de las escuelas públicas y privadas decretado en marzo de 2020 para evitar contagios modificó la dinámica académica e introdujo una modalidad de educación virtual.
Tanto para las clases como para recibir y entregar tareas, el acceso a una computadora, celular o tableta se convirtió en una necesidad para continuar con los cursos escolares y muchos padres de familia decidieron invertir en estos artículos.
Yesenia Hernández tiene una hija que cursará quinto grado este año y cuenta como decidió comprar una computadora para su apoyar la educación de su niña a inicios de este mes.
«Pasamos varios meses trabajando con mi celular pero era más difícil así que ahorré para comprarle la laptop, aunque sea usada pero será mejor para ella», comentó Hernández.
Juan José Nieto trabaja en un almacén por departamentos en San Salvador y se dedica a la venta de tecnología, él afirma que la venta de dispositivos electrónicos ha incrementado en los últimos meses.
«Desde que se dio la reapertura en agosto, las computadoras y dispositivos se han vendido bastante, es que como la gente está haciendo teletrabajo y los niños estudiantes la casa también han visto la necesidad», asegura.
El experto afirma que, para hacerse de un equipo de este tipo, las familias deben disponer de un presupuesto que ronda entre los $350 y $500 dólares para comprar una tablet o una computadora, ya sea de escritorio o portátil y unos $200 en adelante para un celular.
Estos costos están relacionados a que, aunque se recomienda equipos con funciones básicas, si deben tener procesadores funcionales y espacio de almacenamiento para ejecutar sin contratiempos las múltiples aplicaciones que los estudiantes utilizan.
«Los niños usan Zoom, Google Classroom y otras aplicaciones por eso yo a mis clientes les recomiendo equipos que tengan 4 gigabytes de RAM y al menos unos 500 gigabytes de almacenamiento para que trabajen sin problemas», indicó Nieto.
Sin embargo, para presupuestos más ajustados también existe la opción de obtener estos aparatos por un poco menos de dinero.
Por ejemplo, Alejandra Suarez posee un puesto de venta y reparación de computadoras en el Mercado de Pulgas de San Salvador y afirma que un equipo con la capacidad idónea para la educación virtual se obtiene por unos $250 pero el cliente también puede solicitar las características de los mismos ajustando a su presupuesto.
«Si usted viene y me dice, fíjese que solo dispongo de $150, entonces vengo yo y le armo una y el cliente se va satisfecho», afirma la comerciante.
Suarez coincide en que la mejor opción es que el equipo que se asignará para la educación desde casa posea al menos 4 gigabytes de RAM y 500 gigabytes de almacenamiento, además, considera que la marca HP es una de las recomendables porque es más fácil encontrar piezas para reparación.
Según datos del Banco Central de Reserva (BCR), las importaciones de computadoras de escritorio, laptops y tabletas ascendieron a $52.4 millones entre enero y noviembre del 2020.
Además, las importaciones de teléfonos inteligentes superaron los $187 millones según cifras registradas durante los primeros 11 meses del año pasado por el BCR.
Estos números se obtuvieron pese a la paralización de los sectores productivos y el cierre general de negocios que se mantuvo vigente durante tres meses para evitar contagios de COVID-19.
La necesidad de distanciamiento social planteada por la pandemia mandó a las casas la mayoría de las actividades productivas, siendo el sistema educativo de los primeros en detenerse.
En El Salvador, luego de un año de escuelas cerradas aún se desconoce la fecha de reinició de las actividades presenciales ya que los casos de COVID-19 rondan los 300 en los primeros días de enero y es necesario que se contengan antes de retornar a las aulas.