La montañista salvadoreña, Alfa Karina Arrúe, contó su trayecto hacia la cúspide en el Monte Everest durante una entrevista en TCS. Entre sus anécdotas, la atleta de 46 años recordó momentos que marcaron su paso para llegar a una altura de 8,849 metros sobre el nivel del mar, haciendo historia con dicho logro en el país.
Parte de su experiencia fue el encontrarse con enormes glaciales, los cuales tuvo que enfrentar para poder avanzar hacia el Everest.
«Solo para llegar al campamento uno se debe atravesar una cascada gigante que llama Khumbu, son como edificios de hielo es como laberinto. Lastimosamente aquí todos los días hay derrumbes y avalanchas y lo que yo rogaba a Dios es que no hubiera un derrumbe», narró Alfa Karina.
De acuerdo con la salvadoreña, en la montaña «uno tiene sentimientos encontrados, sentís que te estas muriendo, pero a la vez sentís que estas en el lugar más hermoso del planeta». A pesar de ello, la atleta comentó «que esta vez la montaña fue super generosa, hubo un buen clima, nunca estuve en tormentas, si había nevadas. Y es que el viento es mortal a esas alturas. Por eso uno debe escalar luchando por su vida».
La Zona de la Muerte para Alfa Karina fue determinante para avanzar hacia el Everest, pues es en este lugar en donde «tus células empiezan a descomponerse debido al clima».
«El músculo se consume. Yo tengo que recuperar mucho músculo que lo perdí un par de horas, por ejemplo, movía el guante y podía ver cómo se caía la piel una vez si se ingresa a la Zona de la Muerte, explicó y agregó también que toda la expedición tuve mi periodo menstrual, llevaba por eso hierro y ácido fólico».
La montañista recordó cuando su guía principal enfermó y la dejó sola por todo el trayecto.
«En el campo 3, mi Sherpa principal empezó a enfermarse, empezó a toser y asentirse mal, tenía dolor de garganta. Llegamos al campo 4 y lo veía extraño», contó, quien añadió que «toda la noche se camina, porque es menos riesgo, porque una vez llega el sol calienta».
Cuando estaba a punto de llegar a la cumbre, Alfa Karina recordó que tuvo que presenciar un momento impactante que marcó «moralmente» su paso: el caminar sobre cadáveres.
«Pensaba que habíamos llegado a la cumbre, pero me falta todo el famoso paso Hilary es pasar como tres pirámides. Ahí la gente se desliza. Lastimosamente es donde la gente se muere, donde los montañistas mueren y lo más duro es que llegas a ese punto y vez tu primer cadáver. Moralmente para mí fue muy duro. Y lo más triste es que esta gente se ha muerto porque se ha deslizado se ha caído y se ha golpeado el tobillo y no han podido regresar», confesó la montañista quien agregó que:
«Tenés que pasar encima de ellos (cadáveres). Uno siente que la muerte te está respirando cerca todo el tiempo. Por eso yo dije tengo que bajar con vida de esta montaña. Yo iba llorando mientras caminaba a la cumbre. En la cúspide estuve media hora», recordó.
De igual forma, la primera salvadoreña que conquista el Monte Everest, comentó que dentro de un par de semanas empezará a realizar «una dieta especial para poder recuperar el músculo perdido, pero ahorita, sobre todo, los órganos internos».
Durante la noche del pasado miércoles 11 de mayo, jueves en Nepal, Alfa Karina Arrué, compartía la retadora noticia que había logrado escalar hasta la cúspide de la montaña más alta del planeta: el Monte Everest, llegando a una altura de 8,849 metros sobre el nivel del mar, haciendo historia con sorprendente título.