Personas huían corriendo por las calles a plena luz del día, incluso dejando sus vehículos abandonados en la vía, para ponerse a salvo mientras los soldados se enfrentaban a bandas del crimen organizado en Orizaba, Veracruz, México. En centros escolares, niños eran evacuados a gritos de «¡agachados, por favor!»
El lunes, los negocios cerraron sus puertas después de que acabaron las tres horas de detonaciones de armas de alto calibre que se escuchaban en la ciudad, que quedó paralizada. En videos en redes se apreció cómo los negocios abrían la puerta esporádicamente para dejar refugiarse a algún transeúnte.
Fue un día normal en la ciudad veracruzana, según el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien describió que lo sucedido «no fue tan grave» porque los delincuentes solo querían hacerse «propaganda en redes», ya que todo lo ocurrido fue transmitido simultáneamente en redes sociales, incluso la quema de un tráiler.
Las autoridades federales y estatales tuvieron que activar el código rojo para alertar a la población a quedarse en casa.
De acuerdo con la reconstrucción de lo ocurrido, la Policía llegó a hacer un operativo a una vivienda, donde los agentes fueron recibidos a balazos. La Secretaría de Seguridad Pública del estado de Veracruz registra dos detenciones y un muerto en el hecho. Uno de los detenidos es Faustino N., alias Tino, de quien se presume que es integrante de una banda delictiva en el municipio de Orizaba. Él trabaja para el Momo, líder de una célula criminal que opera en la región centro del estado de Veracruz.
El secretario Hugo Gutiérrez Maldonado explicó que, en el momento de la detención, el Tino portaba un arma de fuego larga y una granada de fragmentación.
Gutiérrez agregó que el operativo se mantiene para «restablecer el orden».