Aunque es una disposición que Estados Unidos aplica desde la antigüedad, el actual Título 8, vigente desde el pasado 12 de mayo, está compuesto por condiciones más restrictivas que imposibilitan el asilo para miles de migrantes.
La regla permite la deportación exprés y la prohibición de asilo en un período de cinco años para los que no se someten a las vías legales. El Gobierno de Estados Unidos ha sido firme en mantener esta política para desalentar el flujo migratorio irregular en sus fronteras, sin importar la violación de derechos humanos, según los defensores de los migrantes, quienes también temen regresar a la época de Barack Obama, conocido como «deportador en jefe» por expulsar a casi 3 millones de personas en los ocho años de su mandato. Para los líderes, el presidente Joe Biden se conduce en la misma línea con esta nueva medida.
La organización Haitian Bridge señaló que la implementación del Título 8, denominada por ellos como la «prohibición de asilo», devolverá al peligro a muchos migrantes que podrían ser elegibles para el amparo. «La interceptación forzosa de migrantes que buscan asilo es un ejemplo directo de cómo el Gobierno de Estados Unidos ha cometido una serie de violaciones de derechos humanos», compartió.
