DeOpinión – Nihil Novi
Por Manlio Argueta
Me pasé, como escritor, a la novela al reparar en que dicho género permitía revelar realidades desde los archivos invisibles de la historia; aunque mi inclinación primera fue la poesía, mi vocación por informarme desde niño me facilitó el cambio de género. Posteriormente, reparé en que los novelistas de Estados Unidos, los mejores del siglo XX, fueron periodistas: Hemingway, Tom Wolfe, Scott Fitzgerald, Truman Capote, John Steinbeck, etcétera. Todos se refieren a la realidad de Estados Unidos. Posterior a este crecimiento literario, los franceses del movimiento de la antinovela anunciaron la muerte de la novela.
Por su cultura hegemónica («ver París y morir»), desconocían que América Latina era una novela; la frase europea ni siquiera fue válida para los franceses. De nuestra parte faltaba escribirla para que el español en el mundo dejara de ser idioma solo para lavar platos o servir en las casas.
Mientras no se escribió esa novela, toda América, desde México al Sur, era percibida como una selva o haciendas con caporales y siervos. Pero fueron surgiendo, entonces, los nuevos escritores argentinos, mexicanos, colombianos y uruguayos, en especial, una Latinoamérica diferente. Centroamérica y el Caribe, con dos o tres excepciones, eran invisibles. Pero fue Carlos Fuentes quien comenzó a develar otro México, sin caballos y pistolas, con su obra «La región más transparente» (1958); luego fueron Julio Cortázar, con «Rayuela» (1963); García Márquez, con «Cien años de soledad» (1967), que hizo de sus guerras internas en Colombia la realidad deslumbrante de América Latina; Vargas Llosa se impuso en España con «La ciudad y los perros» (1963); y Lezama Lima, con «Paradiso» (1966), quien nos muestra que el Caribe no solo es un mar de piratas. Y se comienza a dar universalidad al idioma castellano, que ya había iniciado Rubén Darío. También tomó fuerza la nueva narrativa de España, luego del descalabro fascista de Franco.
En mi caso, desde una desolación libresca en San Miguel de la época, «conocí» París y San Petersburgo, sus calles, sus conmociones y pasiones. Conciencia social e historia política con «Los miserables», de Víctor Hugo. Sicología y cultura rusa, un pueblo dramático y espiritualista que me hizo conocer al enfermizo y expresidiario Fedor Dostoiewski con «Crimen y castigo», quien ofrece el gran personaje kafkiano de Raskolnikov (aunque Kafka no había nacido cuando Dostoieswki escribió esta novela); y en «Los hermanos Karamazov» reitera sus aportes a la psicología, tanto como los dio Freud. Esta es muy esencial en la novela al expresar ciencia, historia, dominación política, ansiedades, angustia y frustración ante sociedades absolutistas e injustas, desde sus riquezas y poder.
Centroamérica también se inserta silenciosa en un posboom de la narrativa con temas pendientes para redescubrirla más allá del trópico cruel. Pese a sus limitaciones culturales, logra su cuota de reconocimiento en países del primer mundo, mostrando su identidad cultural y humanística hacia ese mundo, aunque sea por un agujero abierto en el gran muro de injusticias sociales y económicas.
En mi caso, al pasar de la poesía a la novela, di un primer paso para infiltrarme desde atrás de ese muro al publicar «El valle de las hamacas» (1970, Buenos Aires), cuando apenas se conocía la existencia de nuestro país de décimo mundo; y continué con el premio latinoamericano «Caperucita en la zona roja».
Recuerdo que en Países Bajos, cuando la presidenta del Parlamento Europeo me entregó la edición en holandés de «Un día en la vida», más por inocencia décimo mundista que por sorpresa, en una conferencia de prensa aproveché para hacer también una pregunta: «¿Qué es lo que ha atraído de mi novela en Holanda?». Una periodista me dio tres razones: conocer que El Salvador no era solo un país de guerra sucia y delitos institucionales, sino una región de injusticias que contrastaba con sus bellezas naturales y humanas (hablo de 1983). Ellos lo conocían por lo negativo en notas arrinconadas de prensa, crímenes y violencia contra la población civil. Segundo, por la sencillez del lenguaje; y tercero porque un escritor masculino expresaba la grandeza de mujeres humildes como protagonistas principales, no como objeto temático. Holanda era ya vanguardia de los movimientos feministas.
Al continuar las traducciones, comencé a viajar por Europa, Asia, Estados Unidos y Canadá, y confirmé que la literatura es y seguirá siendo un medio de conocimiento sin que la tecnología se contraponga a ella; al contrario, es un reto para complementar aprendizajes, para lo cual requeriremos planes educativos inéditos. Estar acordes con las Naciones Unidas y los Objetivos del Milenio para 2030 para el desarrollo (lectura, libros, bibliotecas como lugares de encuentro y aprendizajes, conocimiento histórico y de intercambio cultural). A ese propósito la Unesco hace una excelente definición de cultura entre tantas: conjunto de rasgos distintivos, espirituales, artísticos y realidades como formas de vida, convivencia, sistema de valores, tradiciones y creencias.
Todo un panorama para transformar con educación creativa y emprender con emergencia hacia las innovaciones, ahora que sobrevivimos una crisis sanitaria que afecta la economía y el bienestar del mundo. Innovar para nuestra gente en abandono centenario, obligada a emigraciones forzosas en búsqueda de dignidad vital y de oportunidades.

La primavera y el eterno retorno (III)
DeOpinión
Por Carlos Cordero
Otra tradición que retrata la primavera la tenemos en el Mărțișor, fiesta rumana cuyo nombre proviene del dios Marte que se celebra el 1.º de marzo, en dicha festividad hombres y mujeres se regalan los «mărţişoare», amuletos hechos con una joya o una moneda de plata y un hilo rojo, en los que el blanco es símbolo del invierno y la nieve; mientras que el rojo, emblema de la primavera, la sangre y la vida. No podemos dejar de mencionar los cultos primaverales en el Nuevo Mundo, como el que se ofrendaba a Xipe Tótec o el Señor Desollado, dios de la cultura mexica cuyo apelativo viene dado porque su imagen se cubría de las pieles de los sacrificados en su honor para simbolizar la regeneración de la naturaleza, el desprendimiento de lo viejo y el inicio de las lluvias. Esta festividad se fusionó con el cristianismo para dar paso al Día de la Cruz. Finalmente, la primavera también es poesía, cuyos versos suenan en las plazas y parques de París de la mano de aclamados escritores y amantes de las letras a través de la llamada Printemps des Poètes, evento que se originó en 1999 gracias a Jack Lang (exministro de Cultura francés), como parte de las actividades de la Francofonía o fiesta de la cultura francesa y en sintonía con el Día Mundial de la Poesía, declarado por la Unesco ese mismo año y que se celebra el 21 de marzo, justo en el equinoccio de primavera. Podemos concluir que el universo es una constante de creación y destrucción, un ciclo de vida y muerte que es retratado en festividades a lo largo de todas las culturas del mundo. No importa el nombre que estas fiestas tomen siempre estará presente ese arquetipo universal denominado el eterno retorno, en el que el nacimiento es el marco de esa secuencia, la que toma un rostro que denominamos primavera, es decir, el alma joven que reencarna en la tierra una y otra vez, que nos enseña que la vida y la muerte son dos caras de la misma moneda y que más allá de un final aparente de algún lugar hemos de regresar, y que mejor que hacerlo por medio del aroma de las flores, el canto de los pájaros, el verdor de los campos, los besos y los abrazos.
DePoesía
«Nayib Bukele»
Por Miltón Acosta
I
Políticamente nadie lo conocía.
Era un fantasma, un ciudadano común.
No conocíamos la intención de su alma.
II
De pronto apareció, saltó a la palestra,
entonces todo mundo lo conoció.
Mas no sabíamos que tenía la llave maestra.
III
¡Lo logró! Alcalde de Nuevo Cuscatlán.
Sus primeros pasos como político daba,
su novia, Gabriela, lo veía como todo un galán.
Un buen futuro para el pueblo se vislumbraba.
En las páginas de la historia se escribía:
«Un gobernante con corazón noble, fuerte como un roble».
Solo era cuestión de esperar…
¡porque estaba a favor de las mayorías!
Y aunque era y es de la oligarquía,
sus pensamientos con esta no compartía.
IV
Fue expulsado de las filas del FMLN,
se burlaron de él y sintieron gran alegría.
Pero la ruina al Frente se le viene.
Mas Dios una sorpresa le tenía:
¡su triunfo se miraba ya en la lejanía!
V
Miró al horizonte y miró aún más lejos…
miró hacia San Salvador.
No sabíamos todos los festejos
que como alcalde ganador
en muchas partes celebraron con vinos añejos,
a un joven que al principio nadie le creía.
Les enseñó aún a los más viejos
con la mente de Cristo y sus consejos
lo que en el futuro ganaría…
VI
Día de la toma de posesión.
Había logrado la presidencia.
Con humildad se engrandecía su corazón.
Dios le había otorgado con su poder
y sabiduría las riendas de toda una nación.
VII
Sus Nuevas Ideas habían triunfado.
¡Muchos políticos corruptos no se lo imaginaban!
Que él y el pueblo en las urnas los habían derrotado,
que muy pronto Dios los juzgaría
por tanto daño que han hecho a las mayorías.
VIII
Hay peleas,
hay bloqueos,
pero estos cesarán.
Muy pronto la bendición total
el pueblo entero disfrutará.
Se dará el golpe mortal
y el corrupto desde la cárcel oirá
como Dios, por medio de Nayib Bukele,
a El Salvador en la cúspide levantará.
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