El pandillero Juan Nerio Orellana, alias «Choreja», fue condenado por el Tribunal Cuarto contra el Crimen Organizado de San Salvador, a 13 años de cárcel por organizaciones terroristas.
El terrorista fue detenido el 29 de marzo de 2022, dos días después de entrar en vigencia el régimen de excepción aprobado por la Asamblea Legislativa a petición del Ejecutivo.
En la acusación presentada por la Fiscalía General de la República se detalla que en un registro preventivo hecho por agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y miembros de la Fuerza Armada en la residencial Altavista, ubicaron al pandillero y lo detuvieron.
Cuando fue intervenido los agentes policiales solicitaron que se verificara en la base de datos si tenía antecedentes o si había información que lo vinculara a una estructura.
En el registro policial, Nerio Orellana aparecía como un miembro activo de la facción sureña de la pandilla 18 desde el 2007 y tenía el rango de «soldado» y ejercía control en la Altavista.
Como parte de las diligencias útiles de investigación, el terrorista fue sometido a un peritaje por un experto y en las conclusiones se dictamina que tiene más de 30 tatuajes alusivos a la pandilla 18 y al tribunal no le quedó ninguna duda que el delito atribuido por la Fiscalía fue acreditado.
Ese perfil elaborado fue clave ya que debía establecerse un informe sobre el rango que ocupaba en la pandilla, los años de permanencia y el territorio en el cual delinquía.
Esa prueba pericial complementó los testimonios de investigadores y captores, así como documentos consistentes en fichas donde consta que estaba en la base de datos de la PNC como un pandillero.
El delito de organizaciones terroristas establecido en el artículo 13 de la Ley Especial contra el Terrorismo, justificado en el proceso 22-2007 de la Sala de lo Constitucional, que reza que todo pandillero es un terrorista.