La Guardia Nacional, botones para llamadas de emergencia, comercios tabicados: Estados Unidos está en alerta máxima ante las elecciones presidenciales del martes, que serán unas de las más seguras de la historia del país.
Con la ansiedad a flor de piel en vísperas de unas elecciones que aún se consideran totalmente inciertas, las autoridades pusieron en marcha medidas excepcionales a todos los niveles para reforzar la seguridad física de los trabajadores electorales, así como de las propias papeletas.
En Nevada (suroeste), el estado de Washington (noroeste) y Oregón (noroeste), un contingente de la Guardia Nacional estará en alerta para garantizar una «jornada electoral segura y sin sobresaltos».
«Quiero asegurarme que estamos totalmente preparados para responder a cualquier disturbio civil», explicó Jay Inslee, gobernador demócrata del estado de Washington.
En este estado, donde Kamala Harris debería imponerse fácilmente a Donald Trump según los sondeos, la semana pasada se incendiaron buzones para el voto por correo.
También hubo incidentes en Oregón y Arizona, donde se han abierto investigaciones.
Algunos de los cerca de 100.000 colegios electorales del país también estarán equipados con botones para llamadas de emergencia, según confirmó a la AFP Runbeck Election Services, una empresa especializada en tecnologías de seguridad electoral.
«Vigilancia las 24 horas»
A medida que la tensa y angustiosa campaña se acerca a su fin, el nivel de alerta es aún mayor en los estados clave, decisivos para la victoria final.
En Arizona, el estado indeciso del suroeste, la sede electoral del condado más poblado se transformó en una fortaleza: el edificio se equipó con detectores de metales, drones patrullarán los cielos y se colocarán francotiradores en los tejados. Estos esfuerzos pretenden tranquilizar a los votantes sobre la seguridad del proceso electoral.
«Hemos seguido las recomendaciones de las fuerzas del orden y de los expertos» para reforzar la seguridad y permitir que las «elecciones se desarrollen sin problemas», declaró a la AFP Taylor Kinnerup, del condado de Maricopa.
«Nuestros sistemas son seguros y nuestra gente está preparada», aseveró también Brad Raffensperger, jefe de operaciones electorales del estado suroriental de Georgia, en una rueda de prensa el lunes.
En Pensilvania, aunque «es imposible prepararse para todos los escenarios posible», las autoridades afirman que se reforzó la seguridad «a todos los niveles y se estableció «vigilancia las 24 horas», según un portavoz del estado.