Un talud de tierra y piedras sorprendió a una familia que se disponía a cenar el jueves por la noche en una vivienda del caserío El Almendro, en el cantón El Terrero, de Lislique, en La Unión, según informó Protección Civil.
El deslave provocó que la casa de adobe y madera se cayera y quedarán soterrados cinco miembros de la familia; dos de ellos murieron y tres más fueron trasladados al hospital nacional de Santa Rosa de Lima en estado delicado.
Los fallecidos fueron identificados como José Sabino Domínguez Umaña, de 36 años; y el menor Miguel Alexis Umaña Domínguez, de 3 años de edad, quienes eran tío y sobrino. Los lesionados son: Matea Domínguez, Mirna Lisseth Domínguez y una bebé de siete meses.
«Vino el yerno de mi tía y le dijo: mire esperemos que pase lo feo de la tormenta y hacemos la cena, entonces ellas se vinieron a la cocina y él se quedó en la sala, y cuando escuchó el fuerte golpe salió y logró agarrar la niña de 7 meses y la llevó a la sala, y cuando regresó ya los demás estaban soterrados y solo pudo ayudar a dos y los otros dos ya no los encontraron con vida», relató Elmer Domínguez, familiar de las víctimas.
Las labores de búsqueda de los cuerpos soterrados fueron realizadas por personal de Cuerpo de Bomberos y pobladores de la misma comunidad, quienes encontraron el cuerpo del adulto en el área de la puerta y al menor en las afueras de la estructura derribada de la vivienda.
El mayor impacto del deslave fue en el área de la cocina y una parte de un cuarto, cuyas áreas colapsaron en su totalidad, y ayer todavía se veían las corrientes de lodo y es posible que cruzaron hasta caer al río que pasa cerca de la vivienda, según los habitantes de la zona.
«Ya eran dos días que caían fuertes tormentas como la de anoche y que a uno le daba miedo, y lo húmedo del terreno hizo que se viniera ese deslave, porque la tierra ya no soportaba más agua, pero nunca pensamos que esto iba suceder», comentó Juan Bonilla, residente del lugar.
Familiares confirmaron que las dos personas, adulto y la menor lesionada, estaban fuera de peligro, pero continuaban ingresados en el hospital de la ciudad limeña. En el caso de Matea y Mirna, sufrieron lesiones en la cabeza y a la altura de las extremidades.
El percance ha causado tristeza y consternación en la comunidad, pues la mayoría conocía a Sabino Domínguez, quien se dedicaba a la venta de sorbete artesanal y pan en la comunidad, para llevar el sustento a sus tres hijas, quienes han quedado en la orfandad.
Similar a la vivienda afectada, se encuentran otras casas en el mismo caserío, las cuales corren el mismo riesgo, debido a la intensidad de las lluvias y las corrientes de agua que bajan hacía el río de la comunidad.
