Con bombo y platillo y de manera sorpresiva, los «hombres fuertes» de Honduras, Juan Orlando Hernández, y de Nicaragua, Daniel Ortega, formalizaron una alianza para mostrar la «unidad» y la «cohesión» de sus proyectos políticos, según confirmó un tuit de la Casa Presidencial de Honduras. Sobre ambos hay grandes y serios señalamientos en su contra. El hermano del mandatario hondureño, Tony Hernández, ha sido condenado por narcotráfico en Nueva York. En el proceso, la Fiscalía estableció que usaba su parentesco con el presidente para llevar la droga, por lo que denominó a Honduras «narco-Estado».
Por el lado nicaragüense, el caudillo sandinista controla todo, desde la política y las instituciones hasta la economía, y se ha dedicado a ofrecer asilo y protección a políticos perseguidos por cometer actos de corrupción, como a los dos expresidentes del FMLN, Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén.
Ortega, además, ha desmantelado de forma autoritaria a la oposición y ha encarcelado a siete candidatos presidenciales, por lo que se presentará sin contendientes en las elecciones de noviembre.
Honduras también tendrá elecciones en ese mes. Hernández no se presenta para un tercer período, pero activó el tema del golfo de Fonseca como un trillado mecanismo utilizado por los políticos hondureños en tiempos de campaña para exacerbar los ánimos nacionalistas, sobre todo cuando el «enemigo» es El Salvador.
Lo que ahora resalta es que Ortega se suma a la práctica del político hondureño de hacer filas en contra de El Salvador, utilizando para ello un tema sensible relacionado con el golfo de Fonseca, declarado bahía histórica por un fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Esto significa que los tres países tienen frontera marítima, lo que quiere decir que Honduras no tiene salida al mar, como declaró Ortega, a no ser que el pacto firmado implique que ceda parte de su territorio.
Otro punto importante de esta reunión entre capos es que Hernández podría estar negociando su protección tras su salida del Gobierno, siguiendo el ejemplo de Funes y Sánchez Cerén.
Aunque Ortega y Hernández hicieron llamados a El Salvador a incorporarse al nuevo pacto, el presidente Nayib Bukele hizo una valoración sobre la reunión: «¿Qué creen que estarían diciendo DW [Deutsche Welle], «The New York Times» y «The Washington Post» y sus medios afines si yo hubiera firmado este mismo idéntico tratado geopolítico con Ortega? Exacto. ¿Qué estarían diciendo los demócratas en la Casa Blanca? Exacto».
Como dato extra, un día antes de esa reunión, Estados Unidos donó 305,000 vacunas al régimen de Ortega. Es la primera vez que lo hace.