Al referirnos a los veteranos militares de la Fuerza Armada y a los excombatientes del FMLN hacemos alusión a una generación de salvadoreños que participó en el pasado conflicto armado —el que como tal se inició con la ofensiva del 10 de enero de 1981 y, oficialmente hablando, se cerró el 16 de enero de 1992, con la conocida firma de los Acuerdos de Paz—, actores que en este momento se encuentran en calidad de baja o retiro.
Haciendo un análisis retrospectivo del actuar de ARENA y del FMLN, en el tiempo se dedicaron siempre a sembrar dolor, muerte y tácticas electorales de engaño y de corrupción al pueblo salvadoreño en general, y en este caso, en particular, al sector de veteranos de ambos bandos. Simplemente los utilizaron para fines electoreros, es decir que ante la llegada de los períodos electorales se dedicaron a hacer propuestas en las que les ofrecían beneficios sociales y prestaciones atractivas, las que en términos reales siempre, pero siempre, estaban fuera de toda lógica común y aún más de las posibilidades financieras de nuestro país.
Lo único cierto, y a la vez comprobable era la carroñera disposición de jugar con este sector únicamente para concretar sus objetivos políticopartidistas y saciar su hambre de poder, no importándoles jugar con la dignidad de dicho sector; además, jugaron con las necesidades de quienes ellos utilizaron como carne de cañón durante el conflicto armado.
Finalizado el conflicto armado se hizo entrega de viviendas como parte del proceso de desarme y de reincorporación a la vida civil —un proyecto desarrollado por Fundasal—, aperos, dos manzanas de tierra para producción y 1,600 colones como capital semilla. Según los expertos en el tema, a cada veterano le otorgaron dos manzanas de tierra sin considerar un factor clave: los elementos de la Fuerza Armada hacían relevos cada 24 meses (la llamada platada), por lo que para cumplir dicha promesa había que comprarles tierras a Honduras o Guatemala y asignárselas a los veteranos, lo cual estaba lejos de nuestra realidad.
Otro de los beneficios que usaban como parte del plan maquiavélico de manipulación era el otorgamiento de $7,000 a cada veterano en concepto de indemnización, y por si esto fuese poco, también les ofrecieron una pensión de $700 mensuales. Aparte de engaño, esto debería constituirse como delito.
Siguiendo con el análisis histórico de los veteranos y podemos destacar que el 31 de diciembre de 2012 se declaró Día Nacional del Veterano de la Fuerza Armada para conmemorar su honor, valentía, disciplina y entrega; sin embargo, ese reconocimiento quedó hasta allí, es decir, fue letra muerta o simplemente cantos de sirena. En 2015 se aprobó el decreto 187, el cual contiene la ley de beneficios para los veteranos de la Fuerza Armada, la cual incluye gozar de una indemnización, de pensión, atención médica, inserción productiva, becas para los beneficiarios y sus hijos, transferencia de tierras, vivienda y créditos preferenciales, los cuales no tuvieron efecto hasta que vieron el interés de Nayib Bukele en aplicar esta ley. Al ser observadores, se puede apreciar en una línea de tiempo de manera concreta y se puede afirmar que las acciones políticas se enmarcan en períodos puramente electorales, blanco perfecto que utilizaron tanto ARENA como el FMLN para manipular al sector de veteranos.
El juego se les terminó a ARENA y al FMLN una vez que fueron destituidos del poder político por parte de nuestro prersidente Nayib Bukele, pues, lejos de derogar esa ley que ambos institutos políticos no cumplieron, inició las mejoras de algunos beneficios. Por ejemplo, aumentó de $50 a $100 la pensión para el sector de veteranos, una acción que nos permite felicitar la labor del presidente Bukele y de la nueva Asamblea Legislativa, desde cuyo seno se han impulsado dichas iniciativas, las cuales me honro en apoyar, ya que son acciones muy atinadas y congruentes con la realidad del país, siempre con la finalidad de fortalecer y mejorar las condiciones de vida del pueblo salvadoreño y, en este caso, del sector de veteranos.
Tenemos claro que aún hay muchos retos que afrontar, pero sabemos que confiando en Dios y uniendo esfuerzos cambiaremos el rumbo de esa historia que nos enmarcó como un país manchado, dañado y víctima de los descarados robos de gobiernos anteriores al erario.
No quiero finalizar este artículo sin antes reiterar y hacer extensivas mis felicitaciones a todos aquellos veteranos que dieron su esfuerzo, dedicación, trabajo y juventud por nuestro amado El Salvador y, a la vez, lamentar que muchos perdieron la vida o quedaron lisiados en el fiel cumplimiento de su deber.
Saludos, veteranos de la Fuerza Armada y excombatientes del FMLN.