El incendio, denominado «Silverado Fire», comenzó a las 6:47de la mañana, hora local en Irvine Hills (unos 60 km al sureste de Los Ángeles) y ya había abarcado 800 hectáreas cuatro horas después, dijeron los bomberos.
El fuerte viento que sopla sobre la zona, con picos de más de 100 km/h, no solo aviva las llamas sino que también impide la intervención de aviones de extinción de incendios.
Como medida de precaución, las autoridades de Irvine ordenaron la evacuación de unos 60.000 residentes que viven en barrios potencialmente amenazados por las llamas.
Todas las escuelas de la zona -donde el cielo se había oscurecido por las espesas nubes de humo, según los testigos-, también fueron evacuadas, de acuerdo al sargento Karie Davies, de la policía de Irvine.
«Fue una locura. Incluso en el coche me dolían los ojos, la nariz y la garganta. Parecía que había caído la noche»,
dijo a la AFP Frédéric Tournadre, un expatriado francés que trabaja en una empresa en Irvine.
El local está ubicado fuera del perímetro de evacuación pero la dirección prefirió pedir a su personal que lo abandonara por el día.
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«Incluso en las oficinas comenzamos a oler» humo, dijo Tournadre.
Varias carreteras fueron cortadas por la progresión de las llamas, sin que ello impidiera las evacuaciones.
Los servicios meteorológicos han declarado una gran área alrededor de Los Ángeles en alerta roja de incendio hasta el martes por la tarde debido a los vientos fuertes y muy secos que han comenzado a soplar.
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Alertas similares están vigentes en gran parte de California, incluido el norte del estado.
El fenómeno es típico de esta época del año, pero este episodio es particularmente fuerte y reúne «las condiciones más peligrosas para incendios que se han visto desde octubre de 2019», cuando las llamas provocaron evacuaciones a las puertas de Los Ángeles, amenazando en particular el famoso museo Getty.
Afectado por una sequía crónica agravada por el cambio climático, el oeste de Estados Unidos ha sufrido incendios forestales de magnitud excepcional este año, con 31 muertos y casi 17.000 km2 convertidos en humo solo en California desde desde el inicio de la temporada estival boreal.
Algunos de los incendios gigantes que estallaron en el norte del estado en agosto pasado aún no estaban completamente contenidos el lunes.