La cara pintada y el traje multicolor que durante años fueron característicos del personaje Cocolito, por ahora solo son un recuerdo. Las noches de espectáculo lírico o música popular de Luciano Morán están suspendidas hasta nuevo aviso. Mientras los trajes de fantasía que siempre distinguieron a los integrantes de «Crash» están engavetados.
La pandemia golpeó fuerte a los artistas nacionales y todos han tenido que adaptarse para sobrevivir.
Sustituir el espectáculo por algún emprendimiento personal o familiar ha sido la mejor lección de este año y, al parecer, seguirá siendo mucho tiempo más.
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Con 48 años cumplidos, Roberto Alfaro, mejor conocido en el mundo del entretenimiento como Cocolito, optó por convertirse en vendedor por cuenta propia. En Mejicanos, junto con otros amigos, ofrece verduras frescas.

Como buen vendedor, el delantal lo acompaña siempre; y para prevenir el contagio de coronavirus usa mascarilla de forma permanente. En su cuenta de Instagram, Cocolito promueve sus productos y hasta ha compartido fotos en plena faena comercial, rodeado de jabas con verduras.
«Al principio fue bastante duro porque nosotros ya no sabíamos qué hacer, porque lo poquito que habíamos guardado se nos fue definitivamente, y nosotros dijimos: “¿Qué hacemos?”. Entonces, decidimos vender verduras, y así fue como comenzamos».
Si bien arrancar con el negocio fue difícil, mantenerlo fue mucho más. Cocolito recuerda desveladas con la intención de competir con otros vendedores al ofrecer los mejores productos desde temprano, pero a la larga fracasaron porque mucha gente comenzó a vender.
«Dijimos: “No estamos sacando nada de ganancia y la verdura se nos arruina”. Entonces, decidimos vender camarón también, y solo una vez vendimos porque no nos funcionó. Mucha gente andaba vendiendo», aseguró.
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En este punto, Alfaro recuerdó el circo que fundó y le hubiera gustado que el Gobierno entregara ayuda directa a este sector, así como lo hizo con otros artistas.
«Venimos arrastrando una deuda exageradísima, y el Gobierno a nosotros, como empresarios de circo, no nos ha apoyado. Han apoyado a los artistas, pero a los dueños de circo no. ¡Qué van a ayudar a los dueños de circo para que paguen a los trabajadores para que salgamos adelante! Eso no se ha visto lastimosamente en el país», se lamentó.
Como miembro de la Asociación Salvadoreña de Empresarios Circenses (ASEC) y considerando las fases de reapertura, Cocolito dice estar gestionando un préstamo «para poder ver cómo salimos adelante». De forma paralela, ha dispuesto abrir las puertas de su circo y ubicarlo en el redondel de Soyapango, esquina opuesta a un supermercado de la zona. Los precios de entrada para el show son $2 y $3 para niños y adultos, respectivamente.