Los gallos del Platense y Águila dibujaron sobre el escenario: el estadio Antonio Toledo Valle, un partido entretenido, parejo, bastante cerrado, pero la emoción del gol no se hizo esperar y llegó por partida doble en los primeros 45 minutos. En el complemento no faltó pólvora y acabaron firmando un 1-1 que no deja de ser un buen pacto avícola.
Después de un par de llegadas tibias, Marcelo Díaz, al cuarto de hora, dio el primer anuncio en serio con un zapatazo de derecha que estremeció el travesaño del cuadro gallero.
El gol, sin embargo, parecería primero en la portería de enfrente. Al 21’ Jair Catuy ganó la línea de fondo y centralizó para Eber Caicedo que se adelantó a su marcador y dejó sin chance al meta emplumado Rafa García.
La celebración de los anfitriones solo les alcanzó para llegar enfiestados hasta poco después de la media hora de juego ya que en el 32’ Kevin Reyes acudió puntual a un centro desde la izquierda y solo tuvo que empujar la pelota al fondo de la red.
El tanto anaranjado alcanzó para el 1-1 que bajó el telón para cerrar el primer acto y encarar con tranquilidad el complemento.
La segunda función tuvo un trámite bastante parecido al inicio. Probó suerte, Catuy sobre el 47’ y replicó de inmediato Dustin Corea. Ambos remates llegaron con poca fuerza a los porteros que atajaron sin mayores dificultades.
Empero, toda vez el juego calentó fueron los naranja y negro los que mostraron mayor ambición y así lograron crear un par de llegadas claras, pero les faltó pólvora. Al 55’ Ronaldinho Caicedo perdonó a los gallos, remató pésimo un balón que pudo cambiar la historia del 1-1 final.