Llegamos a la última semana del año 2021, el año viejo está finalizando, y con ello una serie de pensamientos, emociones y sentimientos nos embargan. Algunos están haciendo ajustes para cumplir las metas trazadas para este año, otros pueden sentir que no han tenido el cierre de año esperado, por no alcanzar metas y propósitos. Lo que no podemos negar es que Dios ha estado presente cada día del año 2021, lo crea o no. Cada uno, en estas últimas horas, sugiero, debe hacer una revisión de las bendiciones y de la fidelidad de Dios en su vida, familia y en nuestro país, y estoy seguro de que las encontrará a pesar de las pruebas o pérdidas de cualquier tipo.
Como sociedad salvadoreña, ha sido un año de avances, logros, metas cumplidas y algunos las han sobrepasado. En esta oportunidad me refiero a algunos resultados como país que nos han permitido posicionarnos como una nación esforzada, valiente y con una visión de avanzada en medio de una pandemia de COVID-19 que persiste. Uno de ellos son los resultados de la estrategia denominada Plan Control Territorial, que cumple 31 meses de ejecución y que dejará al país como el año con menor registro de violencia homicida desde que se tienen disponibles datos y evidencia. Recordemos que el primer periódico en nuestro país data del 31 julio de 1824, por lo que tenemos tres años sin registros y evidencia, y el primer boletín oficial del Estado surge el 20 de enero de 1841. Nada me indica, según los registros y la evidencia que he podido revisar en este siglo, que nuestra sociedad era menos violenta entre 1821 y 1844. Así como disminuciones en otras tipologías delictivas.
Se finaliza 2021 con un manejo de la pandemia, como país, satisfactorio, que destaca a escala internacional tanto por el sistema nacional de vacunación, la atención hospitalaria, la búsqueda continúa de más lotes de vacunas adquiridos por el Gobierno como por la disminución innegable de casos activos y nuevos hasta el 25 de diciembre de 2021.
En cuanto a la economía, el Gobierno de El Salvador y organismos internacionales líderes en indicadores establecen parámetros que indican que vamos a superar el crecimiento de nuestro producto interno bruto de más del 10 %, y esto repercute en la micro y pequeña empresa también. Este fin de año, los negocios, almacenes, ventas por internet en El Salvador y restaurantes han tenido un excelente cierre de año, ha sido evidente. Este crecimiento no solo fue en libros y revistas, hoy sí ha existido un efecto hacia los estratos menos favorecidos. Las exportaciones han tenido nuevos registros y marcas.
En cuanto a eventos internacionales, qué decir de los relacionados con Surf City y los torneos de escala mundial, así como los relacionados con el bitcóin, que han sido planificados, organizados y ejecutados con altísimo nivel, que han permitido que deportistas, turistas e inversionistas no solo lleguen al país, sino que muchos se queden con planes de negocios, inversiones o turismo.
Con estas condiciones está lista la plataforma para que todos aportemos y hagamos que 2022 sea de bendición, prosperidad y favorable para El Salvador. Es tarea de todos. Cada uno desde su rol y transformando su entorno. Ya el Señor nos brindó su bendición y sus promesas, que nos permiten ingresar al nuevo año confiados en que Él estará todos los días. En estas últimas horas de 2021 es conveniente meditar en la propuesta y recomendación en el libro de Habacuc 2:2: «Escribe la visión y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella».
Por mi parte, declaro, en el nombre de Dios, el 2022 un año favorable para mi vida, familia, amigos, hermanos en Cristo y para todo El Salvador.