Los 61 ocupantes de un avión que se estrelló este viernes en el sureste de Brasil murieron, informaron las autoridades, que investigan las posibles causas de su impresionante caída en picado sobre una zona residencial.
«No hubo sobrevivientes», dijo a la AFP la Alcaldía de Valinhos, que participó de las tareas de asistencia tras la caída de la aeronave de la compañía Voepass en el municipio contiguo de Vinhedo, en el estado de Sao Paulo.
Voepass informó en el último balance que el avión transportaba «57 pasajeros y 4 tripulantes».
La aeronave, del constructor franco-italiano ATR, viajaba de Cascavel, en el estado de Paraná (sur), al aeropuerto internacional de Guarulhos, en Sao Paulo.
Se precipitó sobre la localidad de Vinhedo, provocando el pánico de los vecinos.
Imágenes transmitidas por los medios locales mostraron un avión de gran porte cayendo en picado a gran velocidad.
En otras se podía ver una gran columna de humo que subía desde el lugar del impacto, donde no hubo víctimas adicionales, según las autoridades.
El Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos de Brasil (Cenipa) abrió una investigación para determinar las causas.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, envió a uno de sus ministros al lugar y decretó tres días de luto nacional tras el trágico accidente.
Pérdida de contacto
Según la Fuerza Aérea Brasileña (FAB), el vuelo «ocurrió dentro de la normalidad». Pero un minuto después «la aeronave no respondió a las llamadas» de control y «tampoco declaró una emergencia ni estar bajo condiciones meteorológicas adversas».
La caja negra, que contiene los registros de vuelo, ya fue recuperada para su análisis, informaron las autoridades del estado de Sao Paulo.
La localidad de Vinhedo, de unos 76.000 habitantes, está ubicada unos 80 km al noroeste de la ciudad de Sao Paulo.
«Me desesperé»
El camionero Martins Barbosa, de 49 años, estaba trabajando cuando supo del accidente, ocurrido a 150 metros de su casa.
«Pensé que podía haber caído encima de mi casa, con mi hijo dentro. Me desesperé», contó a la AFP.
«Vivimos en un área de aeropuerto (…), pasan muchas aeronaves por encima de las casas», dijo. Pero «nunca estamos preparados» para algo así, añadió.
Nathalie Cicari, que vive al lado del sitio de la caída, describió a CNN Brasil que en los segundos previos al choque escuchó un ruido muy fuerte y cuando salió al balcón vio la aeronave «girando en remolino».
«No era un movimiento normal para un avión. Sólo dio tiempo de agacharme y como hacen en las películas, rezar. Ahí fue cuando escuché el ruido enorme de la caída», relató Cicari, que no sufrió heridas pero debió abandonar su casa por el humo.