Los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) reportaron que en la última semana más de 248,000 nuevos casos positivos de la COVID-19, casi 130 % superior al récord más bajo registrado en junio de este año.
La gran mayoría de los infectados son personas que no han recibido las vacunas, según las autoridades sanitarias. Y ante la presencia de la variante delta, las estadísticas son alarmantes, de acuerdo con las proyecciones de la directora de los CDC.
«Los CDC han publicado estimaciones de variantes en todo el país y predijeron que la variante delta ahora representa el 83 % de los casos secuenciados. Este es un aumento dramático desde el 50 % de la semana del 3 de julio. En algunas partes del país, el porcentaje es aún mayor, particularmente en áreas con bajas tasas de vacunación», recalcó la directora de CDC, Rochelle Walensky, durante una conferencia de prensa.
A pesar de que el país registra un índice bajo de infecciones y muertes en comparación al período previo a la vacunación masiva, el número de decesos en la última semana aumentó. Razón por la que el presidente Joe Biden pidió estar vigilantes.
«Si bien los casos de la COVID-19 están aumentando, prácticamente todas las muertes y hospitalizaciones por esta enfermedad provienen de personas no vacunadas. Lo decimos de nuevo: prácticamente de personas no vacunadas. Y eso significa que lo más seguro es vacunarse, ¡vacunarse!. Es por eso que nos estamos enfocando en nuestra próxima fase para vacunar a los no vacunados», adelantó Biden.
De acuerdo con datos oficiales, las personas mayores de 65 años representan el grupo con mayor índice de vacunación completa, mientras que el más lento ha sido el de mayores de 18 años, que aún no alcanza la meta de establecida por la Casa Blanca para inicios de mes: que 70 % recibiera al menos una dosis de la vacuna.
Avanza vacunación en Nueva York
Nueva York dio un primer paso hacia la vacunación obligatoria para el personal de sus hospitales: desde ayer miles de empleados de los hospitales públicos de la ciudad deberán vacunarse contra la COVID-19 o someterse a un test cada semana, una prueba de la creciente inquietud ante la variante delta, la cual es supervisada.