En audiencia especial, el vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa, conversó ayer con el papa Francisco en la Santa Sede.
La misión oficial que encabezó el vicemandatario salvadoreño fue para agradecerle al sumo pontífice, en nombre del presidente Nayib Bukele y del Estado y el pueblo de El Salvador, por la beatificación del sacerdote Rutilio Grande, del fray italiano Cosme Spessotto y de los laicos Nelson Rutilio Lemus y Manuel Solórzano.
Los tres salvadoreños y el religioso europeo fueron declarados beatos el 22 de enero.
Ulloa expuso ante el jerarca católico que El Salvador ha comenzado un proceso de transformación con la gestión del presidente Nayib Bukele, devolviendo la paz que desde el conflicto armado había sido negada.
«El Plan Control Territorial ahora les ha devuelto la paz y la tranquilidad a los salvadoreños. Es una estrategia que se está replicando en otros países», destacó Ulloa en la audiencia.
Por su parte, el papa Francisco reconoció que sintió cercano el asesinato y martirio de los religiosos y laicos, ya que conoció del conflicto armado en El Salvador y vio a la población sufrir esos embates.
«Yo sentí mucho la vida de estos mártires, la viví mucho, viví el conflicto de pro y contra. Y es una devoción personal», mencionó, y relató que conserva a la entrada de su estudio un pedazo del alba que usaba san Óscar Arnulfo Romero al momento de ser abatido mientras oficiaba una misa, la cual contiene su sangre.
«También tengo una catequesis chiquitita de Rutilio Grande para que me hagan recordar que siempre hay injusticias con las que hay que luchar», dijo.