La administración de Joe Biden anunció el envío de 1,500 soldados en la frontera sur entre Estados Unidos y México por 90 días, un periodo que podría ser prolongado dependiendo de la situación, informaron cuatro funcionarios estadounidenses a medios de comunicación de este país.
La medida está relacionada con un posible aumento del flujo migratorio irregular ante la anulación de la expulsión exprés, Título 42, el 11 de mayo, e impuesta en la frontera para retener el paso de migrantes en el marco de la pandemia por la COVID-19.
Los funcionarios dijeron que los soldados se encargarán de tareas administrativas, para que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) sea la responsable de las «actividades de campo». «Las unidades militares desempeñarán un papel de apoyo, ayudando con el transporte, tareas administrativas, detección de narcóticos, entrada de datos y apoyo de almacén», según una publicación de «CBS News».
Esta acción responde a una petición del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, siglas en inglés), señalaron.
Cerca de 2,500 agentes de la Guardia Nacional ya se encuentra en la frontera para apoyar a la CBP y su misión no cambiará, aseveró uno de los funcionarios, de acuerdo con los medios.
El despliegue de soldados se conoce solo cinco días de que el secretario de Estado, Antony Blinken, y el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, informaron sobre nuevas medidas para contener la llegada de migrantes en situación irregular a la frontera.
En reemplazo del Título 42, se aplicará el Título 8, es decir, que los migrantes que intenten cruzar, no solo serán deportados de inmediato, sino que tendrán prohibido ingresar a suelo estadounidense durante cinco años y podrían ser procesados penalmente.
«Estas medidas siguen perpetuando narrativas tóxicas sobre las personas inmigrantes y la migración. La administración Biden no debe castigar a quienes se ven obligados a emigrar, sino reconocer las aportaciones que las personas inmigrantes hacen cada día a Estados Unidos y crear vías migratorias reales para quienes buscan una vida segura y digna en el país», demandó la Alianza América, una de los organismos con más presencia en Estados Unidos.