Antecedentes: el Instituto Nacional de Pensiones de los Empleados Públicos (Inpep) era el que administraba las pensiones antes de las AFP. Este surgió en 1975 como una entidad oficial autónoma que podría consolidar un sistema coherente para trabajadores de la administración pública. Tenía por objeto el manejo y la inversión de los recursos económicos destinados al pago de las prestaciones que darían cobertura a la invalidez, vejez y muerte de los empleados civiles del sector público. En 1978, el magisterio de la enseñanza pública fue incorporado al sistema.
En 1996, en la gestión del expresidente Armando Calderón Sol, las AFP vendrían a sustituir esta forma de administrar las pensiones, y lo hacen creando la Ley SAP. El sistema comenzó a funcionar en abril de 1998. Fue una pieza de la segunda ola de privatizaciones en el país. El entonces expresidente Alfredo Cristiani, futuro dueño de la AFP más poderosa, ya había vendido la banca nacional, las exportadoras Incafé (Instituto Nacional del Café) e Inazúcar, etc.
Lo interesante de todo esto es que estas administraciones gubernamentales, representadas por el partido ARENA, ven en las AFP una oportunidad de enriquecerse y crean estas administradoras para usar tus ahorros y quedarse con esos dineros, fruto de tu trabajo por años, y un expresidente es uno de los dueños de esas administradoras.
Pero ¿qué son las AFP? Son sociedades anónimas cuyo objeto social único y exclusivo es la administración de un fondo de pensiones, así como el otorgamiento de las prestaciones por vejez, invalidez y sobrevivencia a sus afiliados. Interesante cuando ves la última parte. La mayoría de las quejas de hoy en día tienen que ver con que, para solicitar estas prestaciones, las AFP te piden una serie de requisitos con el fin de obstaculizar tu retiro, te canses de rogar y termines dejándoles tu dinero.
Tengo varios testimonios de esta naturaleza, así como hermanos que han tenido que partir a Estados Unidos y han querido retirar sus ahorros, pero a la fecha les han puesto una serie de obstáculos para no entregarlos. Eso da la impresión de que estas administradoras están reteniendo tus ahorros con la intención de robárselos. Por eso las llamo «la gran estafa».
Las entiendo no como administradoras de tu pensión, sino como una estafa que fue reglada por los gobiernos areneros para favorecer a sus financistas como Cristiani y sus secuaces.
En esta nueva legislatura propongo que se reforme el sistema de pensiones para que garantice verdaderamente los derechos de los trabajadores; asimismo, si el trabajador lo decide, que le devuelvan esos fondos en el momento en que los solicite. Son su cosecha y tiene derecho a disponer de ellos cuando lo desee. Esa práctica de apropiación indebida de los dineros de los trabajadores es una «gran estafa», la cual considero que debería ser castigada.