L a elección de Nayib Bukele como presidente fue un hecho histórico. Puso fin a 30 años de gobiernos de ARENA y del FMLN, que implicó pasar a la etapa de posguerra.
Solo después de vencer al bipartidismo impuesto con la tregua de paz entre las dos fuerzas antagónicas fue posible para el país dar el siguiente paso, que es superar la corrupción institucionalizada que generaron los negociadores de la guerra. Ese acuerdo garantizó la impunidad de los crímenes de guerra, el reparto de las instituciones, la legalización de un grupo político que cometió delitos y la no persecución del saqueo del Estado salvadoreño.
El pueblo votó libremente en las urnas y decidió que la nueva Asamblea Legislativa estuviera conformada en sus tres cuartas partes por diputados de Nuevas Ideas, el partido del presidente Bukele, con lo que se garantiza la gobernabilidad y la puesta en marcha de proyectos nacionales, pues los legisladores trabajan en función del país y no de los patronos y financistas de ARENA y del FMLN.
Los grandes proyectos de desarrollo han empezado a tomar forma, incluso el gran imprevisto mundial de la pandemia ha sido abordado de forma eficiente y ejemplar, según los organismos internacionales. El bloqueo al Plan Control Territorial había sido sorteado por el Gobierno, pero con la nueva Asamblea Legislativa se logró aprobar el financiamiento para su ampliación y ahora vemos los resultados, tanto en el aumento de la seguridad y en la reducción de los delitos como en el combate al narcotráfico, con grandes decomisos en altamar, gracias al fortalecimiento de la capacidad de patrullaje de la Fuerza Naval.
Nunca antes en la historia nacional se había logrado un crecimiento económico de dos dígitos como sucedió en 2021, lo que prepara las condiciones para que este año el ritmo se mantenga.
Sin embargo, uno de los proyectos que, sin duda, marcará un hito en la historia, y no solo nacional, ha sido la adopción del bitcóin como moneda de curso legal en el país, lo que ha atraído el interés internacional y la posibilidad de crear una ciudad para los inversionistas y los mineros de la criptomoneda.
El contexto internacional es propicio, con la proscripción del minado en algunas naciones y la inestabilidad política en otras se abre la oportunidad de un enclave tecnológico que aproveche la energía geotérmica para generar electricidad barata y libre de emisiones de carbono.
Los bonos volcán abrirán una nueva era de oportunidades para el país al generar recursos y proyectos que beneficiarán a la población. Como salvadoreños somos partícipes de una nueva historia, y todos somos protagonistas necesarios.