La comisión especial que investiga las ONG de fachada en la Asamblea Legislativa demostró que ARENA y el FMLN utilizaron el poder del Estado para obtener beneficios para sus integrantes. Con increíble desfachatez, dos personas que ocuparon altos cargos en el Órgano Legislativo —en comisiones y en la junta directiva— reconocieron, sin rubor alguno, que habían propuesto, negociado y aprobado transferencias de fondos del Estado para las ONG de las que formaban parte y que incluso dirigían.
Milena Calderón de Escalón fue una importante carta de ARENA dentro de la Asamblea Legislativa: ocupó puestos en la junta directiva y presidió la comisión de hacienda, desde donde favoreció a una ONG de la que formaba parte y que supuestamente se iba a encargar de temas del medioambiente en Santa Ana. Sin embargo, después de cientos de miles de dólares transferidos, su «obra social» no aparece por ningún lado.
Lorena Peña es una mujer muy importante dentro del FMLN. No solo presidió la comisión de hacienda, sino también la junta directiva de la Asamblea. Al igual que Calderón de Escalón, reconoció sin ningún problema que siendo diputada había solicitado la entrega de cientos de miles de dólares de fondos públicos para una ONG de la que ella formaba parte junto con otras dirigentes del FMLN, diputadas e incluso empleadas de la fracción legislativa.
En las redes sociales, activistas de ARENA y del FMLN se opusieron de manera conjunta a la investigación de la comisión especial e incluso defendieron a las dos dirigentes, lo que puso de manifiesto la alianza política entre los «adversarios ideológicos». Debido a su desesperación, cada vez es más evidente y desvergonzada la unidad entre ARENA y el FMLN para luchar por la estructura corrupta para saquear el Estado.
Sin embargo, se han enfrentado a un verdadero compromiso de la Asamblea Legislativa para desmontar todo el andamiaje de corrupción instalado por los viejos partidos políticos. Las dos representantes de la vieja política reconocieron haber utilizado sus influencias para beneficios de sus partidos y de grupos particulares, pero sus defensores atacan la investigación basándose en los modos o en las expresiones que emanaron al calor de la discusión, un tono que fue llevado por dos cuadros políticos que vivieron de la Asamblea Legislativa por décadas y que perfeccionaron sus habilidades discursivas.
No hay excusa alguna para defender el saqueo de fondos públicos. Ese es el verdadero tema, no si Peña o Calderón son capaces de irritar a funcionarios que buscan revelar la verdad.