Atrás quedaron los años dorados de ARENA y el FMLN, partidos políticos que durante más de dos décadas se disputaron los curules de la Asamblea Legislativa y las sillas edilicias del país.
En las elecciones de este domingo, los salvadoreños eligieron una nueva opción en el menú de partidos políticos. De acuerdo a analistas, la decadencia de las fuerzas de derecha e izquierda reflejan el deseo del pueblo de cambios en la palestra política.
Hay que recordar que, en las elecciones de 2018, ARENA se agenció 37 escaños en la Asamblea Legislativa y 139 alcaldías, mientras que el FMLN ganó un total de 23 diputados y 64 alcaldías.
Sin embargo, los resultados de 2015, ARENA ganó 35 diputados y 129 comunas, y el FMLN se quedó con 31 legisladores y 85 alcaldías.
La lectura preliminar sobre los resultados de dichas elecciones donde destacó que ‘la gente votó por un cambio y por candidatos que tengan una mejor opción, con mejores propuestas y libres de corrupción, es el mensaje contundente para los políticos actuales, aseguró Ramón Villalta, director ejecutivo de la Iniciativa Social para la Democracia (ISD).
En su opinión, el cuadro político que se le está presentando a ARENA es el mismo del FMLN en 2018.
Detalló además que, en las elecciones de este domingo, de acuerdo a los primeros resultados, el FMLN tendrá una disminución sustantiva de cerca de 400,000 votantes y ARENA también habrá perdido un caudal de votos significativo.
«El voto duro del FMLN desde 2009 era de 850,000 votantes, pero en 2018 bajo la mitad, aproximadamente y esto corresponde a que a los partidos de izquierda les cuesta más recomponerse que a los partidos de derecha», afirmó el representante del ISD.
En términos de las preferencias electorales, dice que ARENA había sido el partido que había mantenido hasta 2019, a diferencia del FMLN, un voto duro y bastante consolidado, que rondaba los 850,000 y 900,00 votantes.
Por su parte, el director del Centro de Investigación de la Opinión Pública Salvadoreña (CIOPS) de la Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC), Francisco Zepeda, sostiene que el hecho que de más del 51 % de la población salvadoreña se acercara a votar el pasado 28 de febrero, ratifica la confianza que el pueblo le tiene al Presidente Nayib Bukele. Además, que la mayoría de la población sí quería un cambio en las siguientes legislaturas.
El experto explicó que la tendencia de Nuevas Ideas es abrumadora y que, a comparación de las elecciones del 2018, más salvadoreños salieron a votar aún estando en tiempos de pandemia. «Estos datos son históricos y esto está estableciendo un nuevo inicio para una nueva política en El Salvador», dijo.
Entre tanto, Omar Serrano, vicerrector de proyección social de la UCA, sumó que estos resultados eran los que arrojaban las encuestas y resaltó que el problema de los partidos tradiciones fue enfocarse en reaccionar en contra del presidente y no poner de prioridad a los votantes.
«No hubo capacidad de reacción de los partidos tradicionales, no hubo propuestas y no supieron entender de qué se trataba esto, no lo encontraban y esa fue la consecuencia», explicó.
«El resultado de la elección corresponde con los resultados que las diferentes encuestas venían señalando, criticados por los partidos FMLN y Arena, en términos de las preferencias electorales».
Ramón Villalta, director ejecutivo de ISD.
«Los grandes damnificados son los partidos tradicionales y se debe a la decepción de los salvadoreños hacia ellos. Que llegara el 51 % a votar está ratificando que el pueblo salvadoreño quería un cambio y la confianza que le tienen al presidente».
Francisco Zepeda, director del CIOPS de la UTEC.
«Los partidos tradicionales no supieron qué hacer para estas elecciones y no entendieron el fenómeno llamado Nayib Bukele, nunca lo descifraron. Los partidos se volvieron reactivos, es decir, tuvieron y reaccionaron a las acciones del presidente y se olvidaron de mirar al electorado».
Omar Serrano, vicerrector de Proyección Social de la UCA.