envía a [email protected] tus colaboraciones de poesía, cuentos, críticas de cine o relatos breves (hasta 500 palabras) para ser publicados en nuestra sección.
Nihil Novi
Manlio Argueta, escritor y poeta.
Artículos sobre literatura
Novena entrega
Hace poco tuve un conversatorio virtual con la Academia de Historia Costarricense, y con la Academia Morista (Estudios sobre la Guerra Patria Centroamericana, -1855 y 1856). El tema fue sobre mi última novela publicada (título de este trabajo). Desarrollo una de las preguntas: «¿Qué le motivó novelar esta gesta histórica?». La guerra que sostuvieron los ejércitos centroamericanos contra el filibustero William Walker y su «Falange Americana» como se auto llamaban.
Fui profesor de la Universidad de Costa Rica en el seminario participativo «América Latina Gestación y Desarrollo». Cuatro profesores elaborábamos y discutíamos los contenidos de cada lección: Revoluciones del Siglo XX; Bolívar, San Martín, Martí, guerras de independencia, hasta concluir con los movimientos políticos contemporáneos de América Latina; pero nunca incluimos la épica más importante de la historia centroamericana que, como dice la presidenta de la Academia de Historia del hermano país, Dra. Elizabeth Fonseca, «fue la independencia sustitutiva porque con esa guerra se defendió la soberanía de nuestros pueblos y su derecho a la identidad».
Fueron varios motivos:
Años después, en El Salvador, descubrí más de veinticinco libros sobre ese hecho donde Costa Rica dio el primer gran combate por la soberanía aunque a costa de diezmar su población, por bajas en su ejército y por la epidemia del cólera morbus. Pese a que había ganado esa batalla en Rivas, Nicaragua, hasta donde habían perseguido a Walker luego de invadir Costa Rica.
Desconocer esa guerra en la cátedra y conocida su leyenda por la mayor parte de población centroamericana fue suficiente para emprender esa obra a partir de estudiar los libros que me donó una amiga costarricense que conocía mis pretensiones de promover esa gesta histórica. William Walker, pese a su primera derrota en Rivas, continúo con su pesadilla de apoderarse de Nicaragua para continuar después con los otros cuatro países regionales («Cinco países o ninguno», decía). Para lograrlo se erigió por la fuerza de las armas en presidente de Nicaragua. Paradoja: traicionó a los liberales (llamados «revolucionarios» en esa época) que lo contrataron para vencer al partido conservador. Su primera acción de Gobierno fue anular el Decreto de abolición de la esclavitud aprobado para Centroamérica en 1824. Walker con sus ideas de supremacía blanca sostenía que lo fundamental era exterminar el mestizo a quien atribuía perversidades. Porque para él, civilizar era producción agrícola, esclavos y propietarios blancos (Guerra de Nicaragua, W.W., 1859).
Al sureño le parecía lógico porque la industrialización estaba en ciernes en los EE. UU., aunque en el Norte ya estaban en la segunda revolución industrial. Eso originó la Guerra de Secesión (1861), un año después que el filibustero fue fusilado en Puerto Trujillo, Honduras, (1860).
El Sur apoyaba a Walker, y algunos políticos del partido Demócrata (fundado en 1828) y Republicano (en 1854). No cabe duda que Walker vio venir la guerra y quiso ocupar Centroamérica como retaguardia de la esclavitud y modo de producción. Además, trataba de apoderarse del paso interoceánico del río San Juan y gran lago. Y soñaba continuar con todo el Caribe
Para mi novela «Así en la Aguas como en la Tierra», esas pretensiones políticas no son fundamentales sino la gesta de los ejércitos de la región que debió quedar grabada en mármol aunque voló con las tempestades del tiempo. No cabe duda, que los ejércitos de la región, olvidaron sus ideas distintas en toda Centroamérica y se unieron en defensa de la soberanía, la cultura y el futuro regional.
La gesta me atrajo tanto que quise dejar a un lado la ficción. No quería perturbar los hechos heroicos, tragedias y fallas; pero no hubiera sido novela. Y sin ser historiador ni ensayista, el libro hubiera sido para historiadores especializados en guerras regionales. Con la novela aspiré a más lectores como forma de estimular conciencia regional sobre las reales gestas históricas.
Recordé la novela «La Guerra del Fin del Mundo» (1981), en la que Vargas Llosa se basó en la «Guerra de los Canudos» (1893-97), de otro gran escritor brasileño. De ese modo esa historia no hubiera alcanzado trascendencia contemporánea, una de las tres mejore novelas del peruano.
Sí, hemos borrado esta gesta patriótica pese a rendir tributo actual a militares sobresalientes: Ramón Belloso, Juan J. Cañas, José María Cañas, Gerardo Barrios; y Mariano Paredes, expresidente de Guatemala, Máximo Jerez, Ponciano Corral, algunos muertos como consecuencia de la guerra. Además de miles de caídos hondureños y nicaragüenses y población civil de los cinco países.
Cito un epígrafe ilustrativo en mi novela: del poeta y Capitán Francisco Iraheta, informando al jefe de los ejércitos aliados: «Mi General Belloso doy parte que este día todo mi batallón fue eliminado». Los ejércitos llevaron el cólera morbus a sus respectivos países que multiplicó la mortandad. Una época en que se desconocían los orígenes de las epidemias. De El Salvador no tenemos estadísticas de bajas.
A propósito, una frase del novelista mexicano Carlos Fuentes: «La novela rescata lo invisible de la realidad, dice lo que la historia no dijo, olvidó, o dejó de imaginar».
DePoesía
«ANIVERSARIO EN JAZZ Y HUMO ACONDICIONADO»
Por Guillermo Edgardo Funes.
No pedimos la existencia;
pero con el hecho de vivir
aceptamos la vida.
Llueve septiembre
y frente al bar
celébrome mis veinte
para cumplir el siglo;
y entre tertulias
y sonrisas,
se cuela la trompeta
de Baker con
«No Problems».
La imagen de mi historia
más deformada aún,
refléjase en el
fulgurante rojo
del campari reposado
en mi copa
entre el humo gris
casi estático
del Camel que me
fumo.
Elevándose estructuras
de arquitecturas cuánticas,
que en alguna forma
me recuerdan a alguien
entre Le Corbusier y
Zaha Hadid.
Qué sé que no soy yo,
despierto al descubrir
de pronto
la «chica de humo»
que acaba de tomar
puesto a mi lado
con ademán y ondulaciones
de una clonada rubia
de «play boy»,
cambiando mi sueño
surrealista,
por uno de desnudos
de Renoir.
Un campari después
y sin pensarlo mucho,
la abordo cortésmente
y le pregunto:
¿eEres una modelo?
y sin pudor y con sinceridad
de niño me responde:
-No, soy puta.
Sin admirarme de lo
sospechado, continúo:
-¿Has posado para alguien?
-Solo para mis clientes
como tú, responde con
dulzura rutinaria y agrega:
¿Acaso eres pintor o artista?
-No, le respondo
solo amo a Dios, al arte y
disfruto la vida.
Guarda silencio
con el pulgar sobre
sus labios entreabiertos,
bajándose las gafas
lentamente,
a la velocidad exacta
de un strip-tease de tubo,
y de pronto
incorpora de un salto
su humanidad de ninfa
y su corpiño,
tomando su bolso
copiado de Vuitton
y luego…
Inclinando su boca
alucinante hacia mi oído,
murmura despidiéndose
con aliento a vodka:
-Debo marcharme
me espera Modigliani.
Giro sobre mi banco para verle alejarse;
pero solo distingo
el humo gris
y al fondo suena
siempre Baker, como yo
interpretando un solo.
Miro al bartender
levantando el índice
para pedir el último,
y brindo con mi duplicado,
a la salud del arte
y la existencia,
mis amigos de ayer
y los que aún sobrevivimos
la pandemia.
Luego, al pagar la cuenta,
me despido de Charlie
y al salir a la calle,
llueve aún
pero ya no es septiembre
ni hay pandemia.
DePoesía
«PATRIA NUEVA»
Por Manuel D. R. Nativí
No te vi nacer linda nación, pero he leído tu historia.
Soy de otra generación, lo refleja mi memoria.
Ya son doscientos años, que a ti te llaman nación.
Desde entonces sufres daños, que duele hasta el corazón.
Hay patria tan maltratada, patria linda muy querida.
Por tiempos fuiste saqueada, por tiempos estáis destruida.
En tiempos de la conquista, a tus hijos torturaron.
Y en gesta independentista, a tus hijos los mataron.
Llegaron los criminales, a la colonización.
Llegaron los saqueadores, a robarle a la nación.
Esclavizaron nativos, se robaron plata y oro.
Nos quitaron sin motivos, el náhuatl que tanto añoro.
Planearon la independencia, y diseñaron un Estado,
a su antojo y a su conciencia, para un pueblo controlado.
Y por esos tantos años, Ministros y Gobernantes,
provocaron muchos daños, gobernado bien campantes.
Los ricos y militares, se turnaban el poder,
y al pueblo de tus amores, le tocó las de perder.
Hay patria linda y sufrida, una guerra te inventaron.
Te han dejado bien herida, a tu pueblo lo mataron.
Esa falsa independencia, esa falsa democracia,
al pueblo cobró conciencia, y entendió que era falacia.
Hoy tienes un buen gobierno, y un pueblo bien soberano.
Te sacamos del infierno, trabajando de la mano.
Pronto estarás tiernita, ya llegó el bicentenario.
Hoy no eres tan chiquita, en tu nuevo aniversario.
Esos tiempos van cambiando, con los nuevos gobernantes.
Tus daños se están vengando, y no volverán los de antes.
Los corruptos y ladrones, hoy tienen su merecido.
Los que robaron montones, están presos o han huido.
Hoy sufres poca violencia, patria de mis amores.
Hoy hay menos delincuencia, se acabaron tus temores.
Patria Nueva, patria amada, hoy estáis en otra historia.
Ya no seréis pisoteada, te estáis llenando de gloria.
Patria nueva, patria querida, que en tu seno hemos nacido,
Dios te tenga bendecida, junto a este pueblo sufrido.