Los cruces de niños migrantes en la selva del Tapón del Darién, entre Panamá y Colombia, hacia Estados Unidos, aumentaron un 10 % de enero a octubre de este año respecto al mismo período en 2021, informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
En su más reciente estudio la entidad registró que de enero a octubre unos 32,488 menores de edad cruzaron la ruta migrante, considerada una de las más peligrosas en el mundo. El proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) también la contempla como una de las zonas más mortíferas para los migrantes.
La publicación también señala un récord en el número de niños no acompañados, el cual llegó este año a 900, cuadruplicando así la cifra del año anterior.
«Durante la larga jornada de camino a través de la selva, los niños y las familias están expuestos a múltiples formas de violencia, como el abuso sexual, la trata y la explotación, así como a la falta de agua y alimentos seguros, las picaduras de insectos, los ataques de animales salvajes y el desbordamiento de los ríos», indica UNICEF.
Los datos muestran que los niños menores de cinco años, constituyen aproximadamente el 50 % de todos los infantes migrantes y son especialmente vulnerables a la diarrea, la deshidratación y otras enfermedades transmisibles.
«El estrés y el riesgo asociado a este peligroso viaje deja a muchos menores en riesgo de sufrir traumas emocionales», resalta.
«La violencia, la pobreza y la esperanza de encontrar mejores condiciones de vida llevan a las familias con niños a huir de sus hogares y a enfrentarse a amenazas en entornos inhóspitos como el Tapón del Darién», dijo Hannan Sulieman, directora ejecutiva adjunta de UNICEF, tras una visita al centro de acogida de migrantes de Lajas Blancas, en Panamá.