Aunque la recolección de los datos representa desafíos, la analista de datos del proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Andrea García, señaló que el mar Mediterráneo (Europa), el Tapón del Darién (Sudamérica) y el desierto del Sahara (África) son las regiones en las que más muertes de migrantes se documentan.
Precisamente, estas tres rutas son los puntos más peligrosos de tránsito, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) en su informe «Abuso y abandono».
En el mar Mediterráneo, desde 2014 hasta 2021, han fallecido más de 23,000 personas en movilizaciones. En el mismo período, en el desierto del Sahara, que se expande desde el norte hasta el occidente de África, la OIM ha registrado cerca de 10,547 pérdidas humanas; mientras que en el Tapón del Darién la cifra asciende a 157 defunciones, de las cuales casi el 27 % sucedió en 2021.
Durante los viajes migratorios en Centroamérica, Norteamérica y el Caribe, la suma se eleva a 5,755 decesos.
Aunque los resultados indican que en el mar Mediterráneo se registró el mayor número de muertes, no significa que sea en el que ocurren más, sino donde hay más acceso a la información, opinó García. «Simplemente es que ahí hay más facilidad de documentar las muertes porque existe mucha tensión mediática en esta región […], como la sociedad civil y los barcos de rescate. Hay más facilidad de recolectar información y por eso es donde más muertes hemos documentado, pero puede ser que en otras regiones del mundo haya un número similar», aclaró.
En el caso del Tapón del Darién, la experta dijo: «Es un gran hoyo negro porque no sabemos lo que está pasando, pero suponemos que muchas personas mueren sobre todo con el cruce de 125,000 personas el año pasado. Creemos que hay más muertes de las que no sabemos».
La selva que sirve como territorio fronterizo entre Panamá y Colombia, donde se pierden migrantes y hay un sinfín de traficantes de personas, se convirtió durante 2021 en uno de los lugares más transitados por los migrantes haitianos rumbo a Estados Unidos en plena crisis del país caribeño con alza de secuestros y otros conflictos políticos y económicos. «La selva está marcada como un terreno peligroso, lleno de violencia y un sinnúmero de reportes de muertes no verificables», profundizó García.
Su análisis sobre el riesgo a los que se exponen los migrantes coincide con los reportes de Unodc, en el que detalla que estos puntos de tránsito suelen requerir de la asistencia de traficantes que implica «condiciones de viaje inseguras, peligrosas y de abandono, así como diversas formas de criminalidad a manos de grupos armados que no pertenecen al Estado».
Además, las poblaciones migrantes carecen de acceso a agua potable y están expuestos a riesgos naturales y a animales peligrosos. Aunque todos son vulnerables, las mujeres pueden experimentar más peligro en su salud en ese entorno, especialmente si son madres porque cuidan a los niños o están en la etapa de lactancia en el tránsito, según la evidencia del estudio. Los niños y los migrantes de edad avanzada también tienen más probabilidades de sufrir abandono durante una operación de tráfico ilícito, ya que estos grupos pueden ser menos capaces de seguir el ritmo de los viajes o las caminatas largas, revela.
MOVILIZACIONES EN EL MUNDO EN 2020
Un informe sobre los flujos migratorios en el mundo de la OIM indica que en Europa acogieron a casi 87 millones de migrantes en 2020; en Asia, 86 millones; en América del Norte, 59 millones; en África, 25 millones; en América Latina y el Caribe, 15 millones; y en Oceanía, a 9 millones.
Europa y Asia representan casi el 61 % de la población mundial de migrantes, le sigue América del Norte, con el 21 %; África, con el 9 %; América Latina y el Caribe, con el 5 %; y Oceanía, con el 3 %.