Generalmente cuando inicio una charla, un taller o una jornada de consejería sobre bienestar y autocuido para personas adultas mayores, como parte de las actividades que desarrollamos en el Centro de Día de Casa San Miguel, siempre les pregunto a los participantes ¿para quién se arreglaron tan bien este día? ¿En honor a quién se pusieron guapas esta mañana? ¿Por qué vienen tan perfumados esta tarde? y es tan reconfortante cuando me expresan «para sentirnos bien nosotros mismos».
Es que esa es la respuesta que queremos escuchar, porque la higiene personal, el vestuario, el cabello y el cuidado de las manos y los pies son aspectos de la vida cotidiana que, si se atienden diariamente, la persona mayor se sentirá mejor consigo misma y esto contribuirá a elevar su nivel de autoestima.
Cuando hablamos de autoestima, nos estamos refiriendo a la valoración que cada persona hace de sí misma, la cual puede ser positiva o negativa dependiendo de la importancia que cada quien le brinda a sus propias ideas y a su forma de pensar. La autoestima está muy ligada a la confianza que cada uno tiene en sí mismo.
La rutina diaria de las familias en muchas ocasiones no permite que se atiendan las demandas de cuidados personales y profesionales que necesitan las personas de edad para tener un buen estado de salud, tanto en lo físico como en lo mental. El cuidado de una persona mayor de 60 años no solo implica que sea atendida en la parte curativa o en la atención de sus patologías; también es imperante el cuido de su salud mental por medio del fortalecimiento de su autoestima, de la generación de confianza en sí mismo y del mejoramiento de los vínculos afectivos con su núcleo familiar.
Comparto a continuación algunas de las recomendaciones que se brindan a las personas mayores en los talleres y en las jornadas de consejería del Centro de Día de Casa San Miguel, para mejorar la autoestima y la confianza en sí mismos.
El arreglo y la imagen personal. Las personas mayores deben prestar un mayor cuidado a su higiene personal. Bañarse todos los días; mantener limpias y recortadas las uñas de sus manos y pies; mantener una buena higiene bucal, sobre todo cuando hay prótesis dentales; peinarse y arreglarse el cabello; usar prendas de vestir limpias, zapatos cómodos, evitando la vestimenta que pueda provocar caídas (faldas largas, pantalones sin ruedos, sandalias).
Fomentar la autonomía e independencia en el desarrollo de las actividades básicas, instrumentales y avanzadas de la vida diaria. Alimentarse por sí solos, hacer ejercicio físico, ayudar en las tareas domésticas, ir al supermercado, usar la tecnología para comunicarse con otros, asistir a actividades religiosas, deportivas y sociales, son actividades que las personas de edad deben hacer cotidianamente, requiriendo en algunas ocasiones el apoyo puntual de sus familiares o de sus cuidadores.
Tomar en cuenta sus opiniones en la toma de decisiones que les atañen a ellos y a su grupo familiar. Hay que escucharlos, dejarlos expresar sus puntos de vista y evitar la desacreditación «a priori» de sus ideas por considerarlos que a su edad ya no pueden razonar o elegir buenas decisiones.
Mantener los vínculos sociales y afectivos. El fortalecimiento de las relaciones sociales ya existentes y el establecimiento de nuevos vínculos entre las personas de edad avanzada provoca una mejora sustancial en su estado de salud físico y mental. Durante todo el ciclo de la vida mantenemos relaciones con nuestros padres, pareja, hijos, amistades, pero es en la etapa de la vejez en donde estas relaciones y vínculos sociales pueden ocasionar un retraso en la aparición de las situaciones de dependencia o de patologías como el alzhéimer.
Hacer ejercicio físico y actividades que mejoren la salud mental. La práctica de al menos 30 minutos de ejercicio físico al día, el desarrollo de actividades de terapia ocupacional, arteterapia, musicoterapia, u otras, reducen el riesgo del aparecimiento de enfermedades crónicas y mejora sustancialmente la calidad de vida de las personas mayores. En Casa San Miguel, específicamente en el Centro de Día, desarrollamos un programa diario de actividades con personas entre los 70 y 90 años, que incluye la práctica de ejercicios físicos y de actividades cognitivas que les posibilita gozar de una buena vejez y, por ende, tener una mejor calidad de vida.