Cada paso y movimiento al ritmo de la danza es lo que da vida a Carlos Bonilla, de 33 años, un bailarín salvadoreño destacado en Barcelona, España. Su perseverancia para perfeccionar su destreza lo llevó a ganarse una beca en el exterior hace más de 10 años, y su pasión lo hizo comprometerse cada vez más. En 2017 fue reconocido como artista radicado en Cataluña. Próximamente espera llevar a cabo la octava edición del festival +Danza en El Salvador y abrir su escuela en el continente europeo.
Bonilla también se ha logrado posicionar en los primeros lugares del certamen Estrena’t Festival, en Barcelona. En El Salvador impulsó desde hace siete años el festival +Danza El Salvador, un proyecto que abre oportunidades a más salvadoreños para que estudien las bellas artes en Europa.
Ahora los reflectores lo persiguen en los grandes escenarios de España con cada uno de los movimientos en la danza contemporánea y en el ballet.
«La coreografía es lo que a mí me enamoró. Lo que me encanta de la danza es crear cosas y poderlas llevar al público, y considero que puedo mostrar un poco de El Salvador con mi arte»,
Carlos Bonilla, originario del municipio de San Marcos.
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Sin embargo, para el salvadoreño no es suficiente solo su crecimiento personal, sino llegar a las nuevas generaciones: «Cumplimos siete años (con el festival), en los que hemos llevado a maestros que han estudiado o trabajado en la ópera de París y en la escuela Vaganova, de Rusia. Este año tuvimos a Julio Bocca, quien es una gran eminencia a nivel mundial», expresó el connacional sobre esta iniciativa, con la que busca contribuir a la formación de los talentos locales por medio de talleres e intercambios de experiencias con profesionales internacionales.
Bonilla aseguró que el proyecto promueve el talento salvadoreño y ayuda a que sea reconocido por artistas internacionales. Sostuvo que, gracias al festival, muchos bailarines salvadoreños han logrado acceder a becas en España e Italia.
Al residir en España, comenzó a trabajar también como maestro y coreógrafo para la cátedra Alicia Alonso, de la Universidad Rey Juan Carlos, que mantiene una sección en Cataluña, en el reconocido Barcelona Dance Center.
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Bonilla seguirá con sueños y proyectos que se mantienen vinculados a su país natal. «Los salvadoreños somos muy talentosos y trabajadores. Yo siempre he estado muy orgulloso de ser salvadoreño.
Espero que las nuevas generaciones y las actuales vean la cultura desde otro sentido, ese que también nos identifica como país. Tenemos mucho arte y tenemos mucho que ofrecer», manifestó.
Su aventura comenzó cuando cursaba la Licenciatura en Economía, pero lo que más llamó su atención desde que era un niño fue la danza, por lo que en sus primeros años decidió incorporarse en la Escuela de Danza de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) y luego se convirtió en una de los fundadores de la Compañía Nacional de Danza (CND), lo que dio un giro a su vida.
«Decidí viajar y seguir mis sueños. Me considero una persona muy soñadora, y fue así como terminé en España. Me gané una beca y empecé a conocer otro tipo de danzas y a participar en diferentes proyectos», relató.
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