Publicando una foto de la obra en su cuenta de Instagram, el artista puso fin a las especulaciones sobre la autoría de la obra, que se multiplicaron desde su aparición el martes en la pared de ladrillos rojos de esta ciudad del centro de Inglaterra.
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Delante de la plantilla en blanco y negro, una bicicleta gastada sin una rueda apareció pegada a un poste y no estaba allí antes del mural, señaló la dueña de la peluquería, Surinder Kaur, de 42 años.
«Todo el mundo está muy contento y mucha gente viene a ver el mural», contó a la agencia británica Press Association.
«Lamentablemente, no soy dueña de este bien inmobiliario, lo alquilo», se lamentó, dado que las obras del artista callejero originario de Bristol llegan a valer millones en las subastas.
Según cuenta, las autoridades locales cubrieron la obra con papel film transparente para protegerla.