Brasil perdió el 16 % de su vegetación nativa no forestal en los últimos 38 años, lo que representa alrededor de 9,6 millones de hectáreas de cubierta herbácea y arbustiva, de acuerdo con un estudio divulgado hoy viernes por la red medioambiental MapBiomas.
La vegetación no forestal está formada por plantas pequeñas sin estructura leñosa (hierbas y gramíneas) o troncos leñosos delgados (arbustos) y, aunque minoritaria y poco valorada, es muy importante por la gran diversidad de especies vegetales y animales que alberga y por los servicios ecosistémicos que presta, destacó la organización.
En general, la vegetación nativa ocupaba el 64 % del territorio brasileño el año pasado: la mayor parte bosques (58 %) y una fracción menor de vegetación no forestal (6 por ciento).
Este último tipo de vegetación se encuentra en todos los biomas brasileños en diferentes formas, como formaciones de pastizales, campos inundados y zonas pantanosas y afloramientos rocosos.
En total, cubre 50,6 millones de hectáreas, lo que equivale a 1,4 veces el tamaño de Alemania.
MapBiomas señaló que la tasa de deforestación de esta vegetación es similar a la de las zonas forestales del país, es decir, se está destruyendo rápidamente.
«En términos absolutos, el Cerrado (bioma ubicado en la meseta central de Brasil) lidera la deforestación de vegetación herbácea y arbustiva, con 2,9 millones de hectáreas taladas. La Pampa, un bioma mucho más pequeño, tuvo una deforestación muy cercana en números absolutos: 2,85 millones de hectáreas entre 1985 y 2022», explicó la coordinadora científica de MapBiomas, Júlia Shimbo, en un comunicado.
Sin embargo, en términos proporcionales, agregó, «esto representó una impresionante pérdida del 30 por ciento de la vegetación en comparación con lo que había en 1985».
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