La selección de fútbol playa concluyó este jueves su cuarto microciclo de trabajo con ilusiones renovadas. Vuelve el domingo a la Costa del Sol, para hacer su último ensayo antes de enfrentar a Costa Rica, en dos juegos amistosos que tienen carácter de «PAES» para seis muchachos que desean quedarse y vestir la Azul playera.
Rudis Gallo, míster del representativo cuscatleco, ha trabajado en el último mes con 18 jugadores entre estos consagrados como Agustín Ruiz y Rubén Batres; otros ya recorridos en eliminatorias, y muchachos que buscan con ilusión un sitio.
Estos jóvenes talentos tendrán su primer test real en los juegos que la selección playera sostendrá con su similar tica el lunes y martes de la otra semana puesto que dos de ellos tendrán que abrir espacio para Frank Velásquez y Melvin Segovia que se incorporarán próximamente para prepararse de cara a las eliminatorias mundialistas.
«Tenemos seis muchachos nuevos que están llevando a cabo la fase de adaptación. Ellos vienen de zonas donde no han tenido ningún proceso de formación ni base, pero la voluntad que ellos traen es grande y eso supera cualquier situación adversa que tengan en la parte deportiva», afirmó Gallo.
Entre los jóvenes que buscan un sitio en la Azul playera se encuentran Carlos Guzmán y César Rivera. El primero procede de la playa el Cuco y se dedica a la agricultura, mientras que el segundo es de la Barra de Santiago y estudia segundo año de bachillerato.
«Es una experiencia bonita la que estoy viviendo. Jamás pensé estará a la par de Tin [Agustín Ruiz] y de Rubén [Batres]. Solo los había visto por televisión en los partidos y ahora tengo la oportunidad de estar entre ellos», celebra Carlos. «Ante Costa Rica espero tener la oportunidad de jugar, aunque sea cinco minutos», agregó.
César también espera que el profesor Rudis Gallo le tome en cuenta para futuras convocatorias, aunque reconoce que la competencia está dura. «Primero Dios se nos dé la oportunidad de seguir aquí en este grupo», confió.
Después de cada concentración César llega a su casa a ponerse al día con todas las clases y tareas de la semana, pero afirmó que la vale la pena el esfuerzo por vestir la Azul.