A partir del 27 de enero, las autoridades decretaron veda en la pesca de moluscos en las costas nacionales debido a la detección de marea roja generada por la proliferación de la microalga Pyrodinium bahamense.
Junto a la veda se mandó suspender la venta de estos productos por su comprobada incidencia dañina para el consumo humano.
Sin embargo, ante una alerta de la población, personal del Centro de Desarrollo de la Pesca y la Acuicultura (Cendepesca), decomisó 602 curiles que se comercializaban en el mercado de Santa Tecla, el pasado 31 de enero.
Estos especímenes fueron trasladados al laboratorio de moluscos de Puerto El Triunfo, en Usulután, para analizar si poseen niveles de contaminación, y luego serán devueltos a los comerciantes para no generar pérdidas económicas, explicó el técnico de Cendepesca, Manuel Leiva.
«Procedimos al decomiso de 602 dos unidades, y las llevamos al Laboratorio de Moluscos de Puerto El Triunfo donde se colocarán en condiciones adecuadas para que puedan sanear sus organismos y posteriormente se las devolveremos a su dueño», dijo.
Asimismo, recordó a los comerciantes de mariscos que deben abstenerse de la venta y extracción de moluscos mientras la veda se mantenga vigente.
Por su parte el ministro de Agricultura, David Martínez, señaló que el objetivo principal de la paralización en la comercialización de moluscos es cuidar la salud de la población.
«Estamos en la obligación de proteger a la población de una intoxicación, es nuestro deber velar por los intereses de los pescadores. Decomisamos todo molusco en venta, los sanaremos en nuestro laboratorio y los devolveremos a los comerciantes», informó.
No obstante, advirtió que quienes pretendan incumplir las disposiciones de las autoridades serán sancionados.
«Todo aquel que a pesar de nuestras advertencias se rehusé a entregar las conchas, curiles, ostras y cualquier otro molusco prohibido será multado. Cuidarnos es tarea de todos», sentenció.