Hay momentos muy representativos en la vida de las personas, y dependerán de los objetivos que cada uno se plantea; en mi caso, recuerdo perfectamente y con mucha alegría el día en que nació mi hijo, muchos nervios y emoción. Creo que quien es padre comparte un recuerdo similar; por otro lado, también tengo muy presente el día en que compré mi motocicleta, no era nueva, ni tampoco tan reciente, pero sí cumplía con las características que yo quería. En ocasiones, cuando he tenido la oportunidad de compartir con amigos, algunos me comentan logros específicos, situaciones muy particulares que consideran muy representativas, y les brindo el mismo valor que ellos les han asignado, pero me dicen que otras personas a quienes lo han comentado han tratado de disminuir la importancia.
Algo muy interesante: quiero que cada uno piense en un lápiz, y en qué significa para cada uno ese lápiz. Para unos puede ser una herramienta para el aprendizaje de escritura, otros podrán pensar que es un artículo indispensable en la oficina al momento de generar lluvia de ideas, para otros puede ser su herramienta de trabajo; y así un lápiz ha significado algo diferente para todos. El objeto como tal no ha cambiado, pero sí el valor y uso que cada uno le damos.
Puede existir una sola situación para muchas personas, pero vivida totalmente diferente por la experiencia, el conocimiento, el rol que desenvolvemos y contexto en que lo vivimos. Ferdinand de Saussure, lingüista y filósofo suizo, quien habla sobre el signo lingüístico, y posteriormente Jacques Lacan, psiquiatra y psicoanalista francés que retoma lo general de Saussure y brinda una aplicación totalmente diferente en el campo del psicoanálisis, hablando del significante y significado, hace referencia a lo que quiero compartir.
Hay diferentes tipos de logros en la vida, van de acuerdo con cada contexto, algunos desean casarse y tener hijos, otros desean viajar por todo el mundo sin formar una familia, unas personas buscan adquirir cosas específicas, mientras la meta de otras es adquirir la mayor cantidad de conocimientos posible y compartir ese conocimiento. En cualquiera de los casos, bajo el ojo crítico de cada uno, todos están en lo correcto, en ningún momento deberían ser juzgados.
Sin importar la situación, el objetivo o logro alcanzado, es una inversión en diferentes sentidos, posiblemente de tiempo, de energía o de atención, por lo que debemos valorar las situaciones de los demás con una actitud más empática, en lugar de iniciar un diálogo competitivo de quién y qué ha logrado, o el poder adquisitivo alcanzado. La vida de cada persona, de acuerdo con sus propias decisiones y sin dañar a los demás, debería ser maravillosa, y al mismo tiempo debe ser valorada. Cualquier persona, sin importar quién sea pero si está viviendo de acuerdo con principios y valores adecuados, debe ser respetada. La sociedad necesita comprensión, evitar el exceso de competitividad. La vida es lo opuesto a una carrera de quien logra más medallas y quien llega más rápido, la vida es un viaje en el que se disfruta cada tramo y la única meta al final de los días es haber alcanzado nuestros sueños y que se nos recuerde como verdaderas buenas personas.